Cansados de esperar la ayuda de la administración municipal y de sufrir las arremetidas de las lluvias, los vecinos de la calle 18 del barrio La Esmeralda resolvieron pavimentar su calle y arreglar también sus sardineles. Los habitantes de otras calles siguieron su ejemplo. Es una loable tarea de desarrollo comunitario en la que se involucraron con entusiasmo hombres, mujeres, jóvenes y niños de ese sector de Cúcuta.

Este trabajo comenzó hace un año y ya se pueden apreciar tramos pavimentados y arreglados en otras cuatro calles de La Esmeralda, como lo publicó el pasado sábado este diario. Cada familia pavimenta el frente de su casa y arregla su sardinel. Como son gentes de escasos recursos, organizan rifas, bazares, bingos y colectas para recabar los dineros que necesitan para la compra de los materiales. La casa de uno de los vecinos, Juan José Parada, se ha convertido en una especie de “campamento de operaciones”, pues allí está la mezcladora de cemento, arena y triturado. La mano de obra la ponen los mismos vecinos.

Este tipo de esfuerzo de las comunidades debería tener el apoyo y acompañamiento de las autoridades municipales y de la empresa privada y extenderlo por toda la ciudad, donde hay tantas necesidades en materia vial. Así se pudieran arreglar y dotar nuestros parques y zonas verdes. También proyectarlo a otras áreas como la seguridad y la convivencia ciudadana.