Raúl Gasca hace parte de la cuarta generación de una familia mexicana que ha estado completamente comprometida con el arte del circo, que pese al paso del tiempo, a las grandes dificultades de llevar la gran carpa, toneladas de equipo, artistas y equipo de producción, de pueblo en pueblo, sigue con el firme propósito de llevar alegría a todos los rincones del país.

Nunca ha sido una labor fácil. La actual generación ha tenido que lidiar con grandes cambios, como el tener que dejar de lado, por ley, los espectáculos con animales y, ahora, tener que cerrar, por varios meses, la carpa sin saber ni cuándo ni cómo volverán a escena, aunque sus artistas no dejan de prepararse, a la espera, de que pronto vuelvan a la función.

Mientras esto sucede, han encontrado en los shows virtuales una oportunidad para mantenerse en contacto con su público, pero además, una estrategia para cautivar a espectadores que no habían vuelto o que jamas han visitado una carpa circense.

Lea También: ‘En vivo’, una ventana para seguir vigentes

De hecho, el próximo domingo 7 de junio realizarán un show virtual gratuito a través de sus redes sociales.

La gran carpa vacia 

¿Qué momentos está viviendo la comunidad del circo hoy en Colombia?
Hoy es imposible que las familias vengan, compren un boleto y asistan a nuestras funciones. El circo para vivir necesita público, por lo que vamos para tres meses de cierre, lo cual jamás nos había ocurrido. Vivimos los momentos más duros de la historia del circo.

El circo ha sobrevivido a desastres naturales, los conflictos sociales como los paros y demás, pero siempre sabes que eso pasará o que puedes moverte a otro lugar donde si se puedan hacer los shows, pero eso no lo podemos hacer ahora.  Nos encontramos en una gran incertidumbre por no sabes qué ocurrirá.

¿Se ha hablado de algún tipo de protocolo para poder abrir las funciones en algún tiempo?
Nosotros ya tenemos un protocolo basados en lo que se empieza a realizar en distintas partes del  mundo, con las medidas del tapabocas, la toma de la temperatura, con la distancia que se viene aconsejando. Se tiene una idea de los protocolos, a la espera que se den las condiciones para que podamos empezar a funcionar.  

Nosotros tenemos circos en distintas partes del mundo y todo está igual, está cerrado. En Estados Unidos ya algunos empiezan a prepararse para iniciar labores, con los protocolos ya mencionados.

Incluso, fueron los primeros en cerrar en medio de la pandemia...
Cuando todo esto empezó, las primeras restricciones la recibieron espectáculos como el circo. Primero nos dijeron que podíamos trabajar con un público menor a 500 personas, cuando tenemos una capacidad para mil.  Nos adaptamos, pero días después hablaron de un máximo de 50 personas, lo que económicamente era inviable, pues somos un equipo de 120 personas, así que desde ese día cerramos.

Estamos preparados para hacer un show con todas las condiciones de protección necesarias, para un público que nos permita, al menos, cubrir nuestros gastos.

Circo digital 

¿Cómo fue la experiencia de hacer shows virtuales?
Los artistas, prácticamente todos los días entrenan en la carpa, al menos los que quedaron, porque muchos se fueron a sus países y otros a sus casas en otras ciudades de Colombia. Mis hermanos entrenan las acrobacias y nuevos espectáculos.

Un día, estaban entrenando y me dio por sacar mi celular y transmitirlo por Facebook, para que la gente viera el entrenamiento. No le dije a nadie que lo haría y de 500 personas viéndolo, llegamos a 15 mil personas viendo ese entrenamiento. La gente lo compartió.

Luego, empezaron los comentarios de la gente en las redes, dándonos las gracias por haber transmitido y sacarlos de la rutina. Fue realmente mágico, porque en 45 minutos logramos 129 mil reproducciones.

Así, organizamos el show virtual, a la espera de cerca de 20 mil conectados, haciendo una promoción por redes sociales. Aparecieron personas profesionales en la transmisiones por internet y nos ofrecieron sus servicios gratis para transmitir a tres cámaras. Al final, se conectaron cerca de 800 mil personas.

 Fue un show gratuito, ¿qué significó para ustedes?
Ha sido una inyección de energía, porque la gente ha sido muy bonita, que quiere volver a nuestro circo o que no nos conocían, y que nos dicen que apenas abran quieren estar en nuestras primeras funciones. Con ese en vivo no ganamos dinero, pero sí el cariño de la gente.
Esto es como un gimnasta, no se pueden dar el lujo de dejar de entrenar, deben tener el cuerpo ejercitado. Cuando uno deja unos días, lo sienten, entonces no se puede dejar de entrenar por tres meses actos tan peligrosos como el triple salto mortal.

¿Cómo será el circo tras el COVID-19?  
En las últimas funciones que dimos, ya veíamos como mucha gente estaba usando tapabocas y cierto distanciamiento, por lo que imaginamos que al principio serán así las próximas funciones. Fue un shock ver al público con tapabocas, lo que jamás habíamos visto.

El espectáculo será el mismo, lo que cambiará es la interacción con el público, como lo solía hacer el payaso.

A usted le ha tocado reinventarse en varias ocasiones con el circo Los Hermanos Gasca...
En especial con el tema de los animales, que a mucha gente le gustaba y a otra no. Se dijeron muchas mentiras sobre el trato hacia los animales y la gente llegaba al circo y se daba cuenta de la verdad. Nosotros poco a poco sacamos los shows con los animales, incluso antes de la ley, porque estábamos aburridos de tanta calumnia, porque en muchas poblaciones, al llegar, se corría el rumor que debían guardar las mascotas porque nosotros alimentábamos los animales con carne de perro.

Sabíamos que el circo seguiría, con más shows de acrobacias, payasos y demás, como lo veníamos haciendo hasta ahora.