La crisis económica que se vive en Cúcuta parece no afectar el deseo sexual de los habitantes.

Es la conclusión a la que llegan los comerciantes de juguetes sexuales cuando se les pregunta sobre la disminución de las ventas en víspera decembrina.

Frank Santa, administrador de la tienda ‘Sexotauro’, asegura que los vibradores se han convertido en un elemento de primera necesidad que, sin duda, tiene mayor demanda.

Sin importar la edad, casi siempre, preguntan por estos objetos de modelos pequeños, delgados o gruesos, según el gusto del comprador.

Los precios varían dependiendo del tamaño del vibrador (5, 15, 20, 30, 40 o 60 centímetros) y de acuerdo con el material del que esté hecho, látex o silicona.

En Cúcuta, se pueden encontrar entre $25.000 y $400.000, en presentaciones que van de los tradicionales hasta los de avanzada tecnología.

Lo cierto es que por curiosidad o en la búsqueda novedosa de sensaciones de placer, las mujeres llevan 122 años utilizando la variedad de vibradores que se ofertan en el mercado.

Sin embargo, la estimulación sexual se conoce desde hace más de 2.500 años cuando era una necesidad para terminar con el paroxismo histérico o el útero ardiente.

Esta fue la principal razón para que el médico inglés Joseph Mortimer Graville inventara, en el siglo XIX, el primer vibrador eléctrico.

Desde entonces han surgido cientos de presentaciones con movimientos, sensores, de doble estimulación y texturas que, según expertos, generan relaciones más placenteras.

Con aroma a chocolate o cereza se promueve la venta de los vibradores que normalmente son de fabricación americana.

Hoy, la mayoría de los sexólogos recomiendan, ante el prejuicio y escepticismo de mucha gente, dejar a un lado el pensamiento de que si la mujer busca un vibrador es porque el hombre no le satisface ya que solo se busca una experiencia sexual diferente.
 

La época de mayor venta

Diariamente se vende entre uno y dos vibradores, pero como cualquier otro artículo también tiene buenas temporadas en las que las aumenta la demanda, en gran medida.

En los 14 años que Santa lleva administrando el sexshop, recuerda que es en el Día de la Secretaria, el Día de Amor y Amistad, Navidad y fines de semana con festivo, donde por lo general aumentan las ventas.

Los consoladores más solicitados son los que tienen mayor parecido con el pene, en silicona, de color piel y con textura venosa.

Divorcio contra satisfacción

La opinión de especialistas se contrapone a favor y en contra de los vibradores.

El sexólogo Ezequiel López Peralta asegura que “los mismos profesionales los estamos avalando y promoviendo para solucionar problemas orgásmicos de la mujer”.

Asimismo, es una ayuda para las parejas que han perdido el interés y el deseo íntimo.

Marco Guevara Ortiz, magister en terapia de modificación y en sexología, asegura que la fuerte influencia de los vibradores no es positiva para la relación marital porque pierde el sentido de intimidad, pasión y protagonismo de la relación.

“El vibrador se convirtió en un objeto de placer que desplaza al hombre y termina siendo un generador de distanciamiento en la pareja”, puntualiza Guevara.