Su hijo Martín Felipe no ha sido impedimento para cumplir todas sus metas. Todo lo contrario. Es su motor. Aunque tenía apenas 18 años cuando quedó embarazada, y había empezado a estudiar comunicación social en Bucaramanga, Natalia Arévalo asumió, desde entonces, su rol de mamá.
Es visionaria, organizada y muy responsable. Eso lo ha demostrado en estos años que le han asignado tareas de las que ha salido airosa.
A sus 22 años de edad mira por el espejo retrovisor y siente orgullo porque ha aprovechado el tiempo y las oportunidades.
Desde niña se veía reflejada en la pantalla de televisión y se ilusionaba, se proyectaba, sin saber en realidad si iba a ser artista, periodista, presentadora, o modelo. Sin embargo, su madre la alejó de las academias de modelaje para que se concentrara en sus estudios clásicos.
De Bucaramanga se vino a Cúcuta a tener a su hijo y dos años después retoma las clases de comunicación social en la Universidad de Pamplona. Paralelo a ello tomó cursos de teatro, y fue precisamente ahí cuando alguien le dijo que en ATN televisión estaban haciendo casting. Se llenó de valentía y se presentó con la grata sorpresa de ser admitida. Reconoce que en ese momento no sabía nada, pero su espontaneidad y soltura sumaron puntos a su favor.
Contó con la orientación y colaboración del equipo y poco a poco le fue perdiendo miedo a las cámaras de tal manera que de reportera pasó rápidamente a presentadora del magazín Club Music y de ahí el director Ricardo Gélvez la nombró como presentadora de la franja de entretenimiento del canal. Y finalmente terminó de directora de la sección. En diciembre del año pasado se estaba visualizando y a comienzos de febrero de este año recibió la llamada de la directora del Canal TRO, Amanda Jaimes, para que viajara a Bucaramanga a presentar un casting. Nunca le especificó el cargo. Después de las pruebas ante las cámaras quedó contratada para hacer parte del grupo del magazín ‘Nunca es tarde’. Pero la declaratoria de pandemia por el nuevo coronavirus se interrumpió la emisión y quedó como presentadora de la sección de entretenimiento al lado de Karina Barrios, desde Cúcuta.
A pesar de no ser modelo varias empresas de ropa y calzado la buscaron para ser la imagen por la frescura y profesionalismo que emana. Y muchos por Instagram le preguntan qué cómo hace para ser tan versátil y multiplicar el tiempo. Siempre responde: “es cuestión de organizarse y ser muy responsable”.
Natalia Arévalo acuñó una frase que su madre siempre le decía: ten los pies sobre la tierra y ante todo la humildad. Y ha tratado de seguir todo al pie de la letra.
Se levanta a las cinco de la madrugada a estudiar, a prepararse para la universidad y al mismo tiempo organizarle desayuno y las clases de su Martín Felipe, de cuatro años. A pesar de las tribulaciones siempre anda con una sonrisa a flor de piel porque dice que la actitud debe ser positiva, levantarse con pie derecho. Considera que la vida “le va dando a uno lo que quiere. Es la ley de la compensación si actúas bien y te visualizas en lo que te apasiona”. No descarta en un futuro o presente en aterrizar en la línea de comerciante porque esa es la ley natural de su familia y creció viendo exportar desde las oficinas de la zona franca hasta donde se traslada a ayudar en lo que esté a su alcance.
Entretanto se concentra también en ser la presentadora, todos los jueves, de un informe institucional de la Alcaldía de Cúcuta, bajo una perspectiva más humana de lo que está desarrollando la administración municipal.
Natalia Arévalo desea ser presentadora de CNN noticias sin dejar a un lado el papel de mamá.