Su mundo ha girado en torno a los acordeones, al canto y a la composición. Pese a que viajó a los Estados Unidos, cuando tenía 18 años, a aprender inglés y estudiar mercadeo y negocios sabía que su futuro estaría en las tarimas.

Su preparación no fue en vano. ‘Fello’, que en realidad se llama Édgar Alfredo Zabaleta, dice que aplica lo aprendido en su empresa que  conformó con el acordeonero y también compositor Jimmy Zambrano.

En Estados Unidos estudiaba y componía. Y por cosas del destino un amigo escogió una de sus canciones y se la entregó a la también actriz mexicana Thalía para que la grabara. ‘Regalito de Dios’ se convirtió en éxito en la voz angelical de la cantante.

‘Fello’ pertenece a la dinastía Zabaleta. Y recoge sangre vallenata por parte de Jorge Celedón que es pariente de su papá Beto Zabaleta. Aunque su padre quería desviarle el destino de cantante ‘desobedeció’ esa orden y acató el llamado de su corazón.

Su vocación es innata. Recuerda que a los seis años compuso su primera canción y a esa misma edad experimentó la adrenalina que se desborda cuando se sube a una tarima.

Sus padres son guajiros, pero él nació en Barranquilla. Ahí se ha contagiado con la magia del Caribe y por los compromisos adquiridos viaja mucho a Bogotá.

‘Fello’ ha recorrido casi todo el país promocionando su nuevo álbum que recopiló  en un disco compacto y que bautizó ‘El momento llegó”. Y ese momento perfecto lo describe cuando se sube a la tarima y tiene conexión con el público y se olvida de dolor, de sufrimiento y de tristeza.  

También cuando se concentra a componer  despoja el alma y “se me olvida el mundo”. 

Como se crió rodeado de compositores y cantantes  se considera un híbrido del vallenato porque se pasea con facilidad por todos los aires y ritmos desde los años 80 hasta hoy. “Navego en varias aguas”. En el álbum lo demuestra porque aparece cantando desde champeta urbana hasta vallenato romántico.  

También tiene la capacidad de improvisar en tarima, tal como lo hacía Diomedes Díaz. Se declara admirador de su papá, con quien grabó a dúo, y de Silvestre Dangond.

Aunque el ‘fantasma’ de su papá lo agobiaba al comienzo ha podido sacudirlo buscando su propio estilo.

El año pasado ganó el Congo de Oro en su natal Barranquilla y su acordeonero Jimmy Zambrano lo considera como un Grammy porque es “el exigente público que aclama la calidad musical”.

Zambrano  creció con el acordeón en su cuna y aprendió a tocarla con una de Julio Erazo, de Los Corraleros de Majagual, a los 6 años. También es compositor y Celedón le grabó, pero lo hace más por placer que por negocio.

Entre los títulos que se encuentran en  la producción están ‘Vivan su vida, no sea sapo’ de la autoría de Alberto Mercado. ‘Las trampas del amor’ de Fabián Corrales; ‘Te gusta el viaje’. ‘Como el primer día’, ‘Comerte a besitos’, ‘Como ño’, ‘El fantoche’, ‘Corazón perverso’, ‘Qué te pasa’, ‘Cuando llega el viernes’, ‘Si me perdonas’, ‘Quién tiene la culpa’ y ‘El secreto’.