Deivi Duarte es un colombovenezolano que gracias a un primo tomó el ‘camino correcto’, ser actor.

Nació en Mérida, Venezuela, y se crio en un barrio estrato uno, en medio de la delincuencia. “Estaba en otro mundo, era como más malandrito y no me gustaba el estudio”, pero gracias a una beca de actuación que le habían prometido y a un primo, que le consiguió dos segundos en un cortometraje, la historia cambió para Deivi.

Su primo David fue quien le mostró otro camino, trabajaba en el medio y le ofreció salir en televisión con un papel corto. En esos momentos Deivi no estaba interesado en el tema, sino en hacer dinero de otra manera; al principio le molestó la invitación, pero terminó accediendo a ella. 

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En el cortometraje solo tenía que decir  “papá, te extraño”, pero desde ese momento, cuando apenas tenía 15 años, el bicho de la actuación le picó y lo motivó a terminar el colegio, porque su mamá era quien siempre le decía que si no se graduaba, no había beca. “De no haber sido por mi primo posiblemente estaría preso o delinquiendo; también agradezco a mi mamá, que era la que siempre estaba ahí”.

Desde pequeño le llamó la atención el teatro, pero nunca la televisión. Y gracias a aquella aparición, en la que solo mencionó 3 palabras, inició su carrera en la pantalla.

En Venezuela grabó un proyecto LGBTI llamado ‘Rojo’, producción que le dio reconocimientos como actor en diferentes países como Argentina y Estados Unidos.

Desde hace cuatro años vive en Colombia, actualmente tiene 21, y al terminar el colegio su padrino Juan Carlos lo llevó a Cali a estudiar actuación con la beca que desde un comienzo le habían prometido; inicialmente estaba por cuatro meses, pero gracias a su profesora Sandra, logró alargarla a un año.

Luego de su estadía en Cali viajó a Bogotá, y es allí donde empieza a tomar vuelo, le salieron papeles en ‘Mujeres al Límite’ y ‘Tu Voz Estéreo’. 

Decidió volver a Venezuela de visita porque desde un principio había prometido no ir hasta haber obtenido un papel en la televisión colombiana. “Después de un año y medio regresé a Venezuela con mi sueño realizado, tener grabaciones en Colombia”.

Para Deivi el 2016 fue un año de oportunidades. Salieron obras de teatro, un personaje en ‘Sala de Urgencias’, ‘Alias J.J’, el protagónico de la película que está dando de qué hablar ‘Mariposas Verdes’ y actualmente está grabando para ‘Sin senos sí hay paraíso’.

‘Mariposas Verdes’ es el segundo papel que interpreta como homosexual, el primero fue ‘Rojo’, que se estrenó en Venezuela. A pesar de que la familia por parte de su papá es homofóbica, no ha dudado en personificar a un gay en pantalla. 

“Al principio era complicado; la familia de mi papá es homofóbica y cuando grabé ‘Rojo’, mi papá no fue al estreno; cuando le  preguntan si soy actor,  él dice que sí, pero no qué tipo de papeles hago”.

Mariposas Verdes, su reto actoral

Su profesionalismo es evidente en esta nueva producción, ‘Mariposas Verdes’, película colombiana que se desarrolla en torno al tema del bullying o matoneo hacia la comunidad homosexual en los colegios y que se estrenó en las salas de cine el 20 de julio. No le teme a hacer personajes homosexuales porque se considera un actor íntegro: “como actor no tengo orientación sexual”.

En la actualidad el tema de la homosexualidad en Colombia es algo sensible y aún existe rechazo hacia las personas de la comunidad LGBTI. 

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Para Deivi una de las escenas más fuertes en ‘Mariposas Verdes’ fue en la cama. “Es una escena muy bonita, cero morbo, y mucho romanticismo, no se iban a manejar desnudos, estábamos con el bóxer bien ajustado. Sin embargo, cuando el director en la segunda toma nos dijo que nos quería desnudos, Kevin (mi pareja en la película) se acostó y mi pene le rozó la pierna; ahí tuvimos que cortar”.

Antes de la creación de este personaje tenía una idea diferente de los gais. “Pensaba que Dios creó al hombre y a la mujer y para mí era ‘pecado’ ver dos hombres juntos, pero ya luego del trasfondo que tuve al hacer esta película entendí que Dios es amor y si el amor está entre dos hombres, ahí está Dios”.

En medio de la creación del personaje sintió el rechazo. Dejó de ser Deivi para ser ‘Mateo’. Una experiencia que recuerda que lo marcó fue cuando un vendedor de tintos lo rechazó. “Salí a la calle como ‘Mateo’ y me encontré con un señor y  le dije que era gay y que me acababan de echar de la casa, y que no tenía nada para comer. Recuerdo que  le dije que tenía solo 500 pesos y el tinto valía 800 y me sirvió muy poquito. Le pedí regalado un cigarrillo y me dijo que no, y me miraba de una forma extraña de pies a cabeza”.

Deivi se considera un hombre humilde, amante de las pequeñeces. No le gusta estar muy relacionado con la gente del medio para salir de fiesta, le tiene miedo a la fama y prefiere ser el mismo que llegó a Colombia hace cuatro años.

Lo enoja la injusticia, vive con su novia desde hace dos años, y en ella, como en su familia, encuentra el apoyo para seguir haciendo lo que mejor sabe hacer: actuar.

Su plan perfecto para vivir un acercamiento con su familia es visitar Cúcuta, donde viven sus padres, y pasearse por El Malecón. También, salir a bailar con sus amigos salsa choque, su ritmo favorito.