La encarnación de la genialidad con su voz áspera e inquietante y un original estilo punk-rock, Billie Eilish ha redefinido a la estrella del pop contemporáneo en su camino a la fama.
Y ahora la ídola adolescente ha consolidado su lugar ocupando todos los titulares de la noche de los Grammy al arrasar con las cuatro categorías principales. Un hito, al ser la primera mujer y la artista más joven en hacerlo.
El meteórico ascenso de la joven de 18 años ya la llevó a ser declarada mujer del año 2019 según Billboard, y con razón.
En cuestión de meses, lanzó un álbum número uno titulado “When We All Fall Asleep, Where Do We Go?”, encabezó la lista de canciones más populares con su sencillo “Bad Guy” y actuó en un escenario principal en el festival de Coachella.
Eilish, la artista de la generación Z más célebre mundialmente arrastra ejércitos de fans con su presencia en las redes sociales y moviéndose cómodamente en Internet.
Y con un sentido de la moda tan único como su sonido, ha privilegiado la idea de mantener oculto su físico para evitar ser sexualizada y que su fama provenga únicamente de su talento artístico.
Con solo 13 años, la californiana lanzó su primer sencillo, “Ocean Eyes”, producido en su dormitorio y lanzado en SoundCloud, la plataforma de streaming que también ha lanzado al estrellato a una generación de jóvenes raperos.
La canción de pop sintetizado sobre la dolorosa ansia de volver a tomar contacto con un ex, escrita y producida por el principal colaborador creativo de Eilish, su hermano Finneas O’Connell, rápidamente se volvió viral.
El sello Interscope la contrató con 14 años y aunque su fama estalló en internet, Eilish parece ser una artista cuya única “influencer” es ella misma.
Sus letras mezclan hábilmente temáticas oscuras (que incluyen la muerte, la depresión y el miedo al cambio climático) con pinceladas de ironía y humor.
La intérprete, que ha citado a la banda de grunge Nirvana como inspiración, canta poesía con una voz entrecortada que bordea un susurro sobre ritmos minimalistas de música electrónica y hip-hop. “Hicimos este álbum en una habitación”, dijo a la prensa en el backstage de los Grammy el domingo después de recoger cinco gramófonos junto a O’Connell, quien fue más prolífico ante el micrófono que ella. “Es realmente como si todo fuera posible, de hecho”, agregó con una risa entre irónica y nerviosa.
Tendencia
Los looks de Eilish han marcado tendencia con su extravagante estilo característico: sudaderas extragrandes y pantalones anchos, a menudo combinados con gafas de sol y uñas postizas ultra largas, hasta ahora asociadas más habitualmente con raperas como Cardi B.
En la noche de los Grammy, usó un holgado traje de pantalón Gucci con una blusa de mangas globo y cuello tortuga verde brillante que combinaba con las raíces de su cabello, fluorescentes del mismo tono. Encima llevaba un saco negro bordado ininterrumpidamente con el logo de la casa italiana en hilos dorados. A ello agregó una mascarilla negra en la alfombra roja.
La estrella ha descrito la relación con su imagen corporal como “tóxica” y ha hablado abiertamente sobre su lucha por la salud mental, un gesto que se repite cada vez más en la industria de la música, que ha perdido decenas de estrellas jóvenes y veteranas por suicidios y sobredosis.
“Wow, wow, wow, wow”, repetía Eilish antes de poder articular un discurso al aceptar el premio a mejor canción por “Bad Guy”. “Muchas otras canciones merecían esto, lo siento”. Su hermano, de 22 años, agregó: “No pensamos que esto alguna vez ganaría algo”.
“No escribimos un álbum para ganar premios. Escribimos un álbum sobre la depresión, sobre pensamientos suicidas, sobre el cambio climático”, continuó. “Estamos aquí confundidos y agradecidos”.
No a la competencia
La jovensísima Eilish sorteó tajantemente el ardid de la industria de enfrentar a las artistas femeninas para aumentar la publicidad y ganar clicks.
Ella ha enfatizado que sus colegas mujeres son sus pares y no sus competidoras, subrayando que el éxito de una artista no le roba las posibilidades a otra.
“Todo el mundo siempre está tratando de hacer que todos compitan”, dijo a Los Angeles Times en 2019. “Ellos dicen, ‘El álbum de Billie podría superar al de Ariana’”, en referencia a la más veterana Ariana Grande.
El domingo, Eilish se dirigió expresamente a la ex chica Disney desde el escenario diciendo que su disco “Thank U, Next” debería haber ganado el prestigioso premio de la noche al álbum del año. También elogió a Lana Del Rey, nominada también a esta categoría, una consagrada letrista que, como Grande, se fue a casa con las manos vacías.
“No quiero escuchar que Billie Eilish es la nueva Lana Del Rey. íNo falten al respeto a Lana así! Esa mujer ha hecho que su marca sea perfecta por toda su carrera y no debería tener que escuchar eso”, dijo Eilish de la artista de pop barroco cuyo álbum de 2019 fue aclamado por muchos como el mejor del año.
“No quiero escuchar que alguien sea la nueva Billie Eilish en un par de años”.
Esa posibilidad, sin embargo, parece poco probable teniendo en cuenta la idiosincrasia inimitable de la superestrella, su talento y ascenso meteórico que ahora incluye muchos gramófonos dorados.
“¿Qué sigue? No lo sé. Estar en este momento es en todo lo que pienso”, dijo a los periodistas el domingo en la rueda de prensa posterior a la entrega de los galardones.