Andrés Toro Carreño, el manizaleño quien con una actitud explosiva y mirada firme, sigue enamorando a Colombia, esta vez llega interpretando a ‘Martín Zapata’ en la producción televisiva ‘No olvidarás mi nombre’.

La historia resalta el factor humano por encima del político, y además muestra interés por las víctimas sin importar su procedencia.

“En esta producción se ve de todo. Se maneja el suspenso, el amor y sobre todo es una historia que nos va a tocar mucho”.

Andrés Toro interpreta a un hombre sumiso, quien ha vivido en la comodidad, y que cuando el conflicto le toca la puerta lo hace revivir dolores del pasado que no logra manejar. “Mi personaje vive en una cuerda floja, porque siempre ha estado bajo la sombra del tío, es como el perrito faldero”.

En medio de esta historia original de Fernando Gaitán,  creador de éxitos como ‘Yo soy Betty la Fea’ y ‘Café, con aroma de mujer’, Andrés ha tenido una enseñanza: la del perdón y la reconciliación. “Vamos a amarnos a perdonarnos y a reconciliarnos. No nos queda más sino eso”.

A pesar de haber trabajado en decenas de producciones, Toro aún se pregunta ¿por qué la actuación? 

“Esto es porque tengo la personalidad aunque en ocasiones me digo ‘qué tanto puedo servir para esto’. Y todavía me da susto la actuación, todos los papeles son como si fuera el primero”.

Sus actuaciones

En la actuación logró destacarse por su papel de ‘Byron’, un sicario en la telenovela ‘Sin tetas no hay paraíso’ y también por el papel de ‘Mateo López’ en ‘Nuevo rico, nuevo pobre’, y el de  ‘Richi Torres’ en ‘Un sueño llamado salsa’ y ahora piensa darla toda por quedar en la memoria de los colombianos con ‘No olvidarás mi nombre’.

Ante el miedo de ser simplemente actor, Toro comenzó la carrera de dirección de televisión en el Politécnico Santa Fe de Bogotá. De ahí viajó a Los Ángeles y realizó algunos cursos de actuación. A su llegada a Colombia, hizo más de 20 comerciales y siguió con sus estudios. Realizó talleres en La Casa del Teatro del cubano Jorge Cao.  

Se considera un hombre ‘normal’, con anhelos de hacer las cosas bien, en medio de sus quehaceres, ya sea con su familia o con su trabajo está la disciplina. Quiere e intenta ser día a día un excelente esposo y padre. “Cada instante es una oportunidad para luchar por lo que se cree”.

No tolera la desobediencia ahora que tiene hijos, odia la mentira, el orgullo y la necedad.

Cree que la actuación es un medio en el que puede jugar a tratar de ser alguien que no es, y así mismo cada personaje lo lleva a tocar ese niño que a veces, como él lo indica, se olvida.