En medio de los vivas que le pronunciaban las madres cabeza de hogar de la Ciudadela de Atalaya, reconociéndola como una de las mejores alcaldesas del país, porque les tendió la mano y les brindó permanente apoyo, la alcaldesa María Eugenia Riascos Rodríguez cumplió el último acto público de su gobierno, y lo hizo para rendir cuentas de lo que hizo durante su mandato.

Para cada cosa tuvo un calificativo y a cada quien, también, le reconoció sus méritos. Admitió, como en el caso de los huecos de las calles, que le daba pena con su ciudad, pero en reemplazo de esta obligación suya que no alcanzó a cumplir en tiempo real, pese a que para el propósito consiguió $20.000 millones, se vanaglorió de sí haber tapado los enormes ‘huecos’ fiscales que encontró cuando en 2008 recibió la administración municipal.

En este orden enumeró, en primer lugar, un déficit de más de 160 mil millones, producto de los megapuentes inconclusos que recibió.

“Todos los puentes, a excepción de La Gazapa, que ya tiene los recursos asegurados y las obras en marcha, fueron terminados en mi administración.

Este jueves, previo a la rendición de cuentas, en el hotel Tonchalá, Riascos Rodríguez recibía también, en un último logro de su administración, la certificación de calidad ISO 9001-2008, con lo cual el municipio deja estandarizados todos sus procesos administrativos y de atención al público, al igual que sucede en solo seis ciudades capitales del país.

En materia de educación, la mandataria local resaltó que en ese sector también le tocó sanear ‘huecos’ fiscales superaron los $17.000 millones.

En salud, el municipio terminó con 146 mil nuevos beneficiarios del Sisbén, al igual que con 37.000 beneficiarios del programa Familias en Acción.

Al hacer alusión al sector vivienda, Riascos Rodríguez destacó que Cúcuta terminó su mandato como la ciudad líder del país en materia de titulación de predios, al dejar aprobados 8.000 procesos.

“En este sector me tocó terminar tres programas inconclusos, el de El Progreso, Metropolis y Torcoroma”, dijo la Alcaldesa.

Agregó que deja la ciudad con obras para los niños y niñas, como jamás nunca se había dado en gobierno alguno. Se refirió en este sentido a los cuatro jardines sociales que consiguió para Cúcuta, así como los tres megacolegios: Los Olivos, Torocoroma y El Progreso.

También quedaron asegurados los recursos para las obras de infraestructura deportiva que se requieren para los Juegos Nacionales. Asimismo, quedó en el documento Conpes $214 mil millones para emprender el proyecto del Transporte Masivo de Pasajeros para Cúcuta, al igual que los terrenos y recursos para el Centro de Convenciones.

Pero quizás en lo que mayor hizo énfasis la mandataria local en su rendición de cuentas fue en el tiempo, el tiempo que se necesitará para que los cucuteños midan la dimensión de sus ejecutorias en los cuatro años que estuvo al frente de las riendas del municipio.

“Cuando el próximo año empiecen las obras de reparación de la malla vial; cuando se entreguen los megacolegios y los otros dos jardines sociales; cuando a finales de enero esté culminado y en servicio La Gazapa; cuando caminen la ciudad, se darán cuenta qué hice, y en ese momento se tendrán que acordar de esta negrita. El tiempo será mi máximo juez”, esbozó la Alcaldesa.
 

“LA CAMIONETA LE QUEDA A DONAMARIS”

Y antes de cerrar su discurso, Riascos Rodríguez abordó un tema del que todos estaban esperando escuchar algo, el de la Toyota Runner.

Y lo que dijo fue pronunciado en franca alusión al entrante alcalde Donamaris Ramírez: hasta el sábado 31 de diciembre, a las 12 de la noche, llega mi gobierno. Ese día entregaré las llaves de la camioneta que se adquirió para la Alcaldía y no para la alcaldesa, porque una cosa sí es cierta, yo no me voy a llevar ninguna camioneta, sencillamente porque no es mía, es del municipio.