Mientras el mundo de acerca al primer millón de fallecidos por el coronavirus, Colombia ya superó los 25.000 muertos y Norte de Santander completa los 861 casos de personas que perdieron la vida por causa de la COVID-19. Estos datos llegan en instantes que en muchos lugares los rebrotes obligan a que de nuevos se retomen severas medidas preventivas.

Hablando de rebrotes, en esta ocasión es importante que los colombianos en general y los nortesantandereanos, en particular, estemos atentos a lo que ocurre hoy en Reino Unido, España, Francia, Rumania, Bulgaria, Croacia e Israel que se enfrentan a la segunda ola del virus, para saber que así la curva baje o se aplane, una aceleración de contagios no es descartable.

Por eso es que en esta nueva normalidad que trajo la crisis sanitaria, es indispensable mantener la guardia en alto y no aflojar en el acatamiento de los protocolos de bioseguridad y  en las acciones de búsqueda activa del virus para mantener su contante monitoreo para evitar sorpresas, en estos momentos en que prácticamente la mayoría de actividades se reabrió.

Si la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha advertido que el coronavirus continuará propagándose y la gente seguirá enfermando, incluso cuando se distribuya una vacuna, es indispensable que las autoridades respectivas en cada región tengan en cuenta dichas advertencias para las tomas de decisiones.

Es decir, que en los presupuestos y en la programación de políticas se debe tener en cuenta a este ‘invitado’ que llegó a nuestra vida, puesto que es indispensable fortalecer el sistema de prestación del servicio de salud, tanto en infraestructura, equipos y personal, como en eliminar la precarización salarial de médicos y enfermeras, por ejemplo.

Por ejemplo, en Cúcuta deben continuarse y vigorizarse las operaciones para ir a los barrios para aplicarle pruebas de la COVID-19 a la gente, en alianza entre la Secretaría de Salud y las EPS, y que en el departamento se fortalezca la cooperación internacional, como acaba de ocurrir con la donación del gobierno alemán de  20.000 test de extracción para los laboratorios del Instituto Departamental de Salud y de la Universidad de Pamplona que procesan pruebas de coronavirus.

Hoy como lo ratifican los especialistas, las pruebas diagnósticas, el rastreo de contactos y las cuarentenas, así como el distanciamiento físico, el lavado de manos frecuente y el uso de tapabocas o mascarillas, son por el momento la estrategia adecuada para minimizar la propagación.

Y para aquellos que persisten en no creer o desatender los llamados o incluso interesarse más por la plata que por la vida, resulta muy interesante la advertencia que lanzó la Organización Mundial de la Salud sobre la necesidad del trabajo mancomunado para entre todos procurar ganarle la batalla a esta pandemia que ha cobrado 984.068 vidas en el planeta.

Dos millones de muertos a causa de la COVID-19, es decir más del doble de las víctimas actuales, son muy probables si el mundo no toma acciones colectivas de envergadura contra la pandemia. “Si no continuamos haciendo más, evolucionando, ya sea en el contenido como en la intensidad de nuestra cooperación, entonces sí, vamos a llegar a ese número y desgraciadamente incluso más alto. El tiempo de actuar es ahora”, se oyó decir desde la dirección de situaciones de emergencia de la OMS.