Ayer se celebró en Cúcuta y la zona de frontera el Día de la Madre, con una gran actividad como es costumbre en el comercio formal e informal de las flores, los restaurantes y los servicios relacionados con la recreación y el esparcimiento.

Las épocas de las grandes compras para regalar a la autora de nuestros días ropa, calzado, vehículos, relojes, prendas y toda clase de joyas son cosas del pasado. 

Prevalecen en su mayoría los arreglos florales, los chocolates, las tortas, helados y golosinas.

En los últimos años la actividad comercial de Cúcuta se debate en medio de una tremenda crisis por la desastrosa situación económica, política y social de Venezuela y la falta de políticas oportunas y efectivas para enfrentarla por parte del Gobierno de Colombia. 

La capital de Norte de Santander ha sido desbordada por los problemas del desempleo y la informalidad, y la creciente migración de ciudadanos venezolanos de los últimos dos años ha complicado más las cosas. 

El 20 de mayo pasado se celebró el Día de la Madre en el resto de Colombia. Las autoridades policiales tuvieron a bien extremar las medidas de vigilancia y control para evitar que estas celebraciones terminaran en lamentables tragedias como ha venido ocurriendo últimamente por cuenta del excesivo y descontrolado consumo de licor. 

Estas consideraciones son para poner otra vez sobre el tapete el tema de la necesidad y conveniencia de unificar a Cúcuta  con la fecha de la celebración del Día de la Madre, que es el segundo domingo del mes de mayo, como se festeja en el resto del país, en Venezuela, en Estados Unidos y en fin en prácticamente todos los países del hemisferio. 

Menos en Cúcuta, pues, según la leyenda, hace muchísimos años un barco repleto con los regalos para ésa celebración se demoró en arribar al puerto de Maracaibo, por lo cual hubo que postergar la llegada de éstos a Cúcuta para finales del mes. 

Y desde entonces en Cúcuta, el día de las madres se celebra el último domingo de mayo. Con el agravante de que cada cuatro años, el último domingo de mayo está ocupado por la actividad electoral presidencial y entonces, por supuesto, hay que trasladar de nuevo la fecha para otro domingo del mes de mayo. 

Dadas las circunstancias que nos imponen los nuevos tiempos y teniendo en cuenta los múltiples cambios y tendencias en la actividad mercantil, creemos que es hora de considerar la conveniencia  de unificar la fecha de la celebración del Día de la Madre. Por distintas razones, hay familias que deben duplicar sus gastos, pues tienen a sus seres queridos no solo en Cúcuta sino también en Bucaramanga o Bogotá. 

Tener una sola fecha permitiría a los comerciantes organizar y planear con tiempo estupendas y atractivas promociones de artículos, productos y servicios para el Día de la Madre, con llamativas ofertas de precios y descuentos. 

No hemos podido entender a nuestros dirigentes gremiales que agrupan a los comerciantes, como por ejemplo Fenalco y Cámara de Comercio, en su insistencia en ser diferentes a unificar esta celebración. 

Sería oportuno oir en estos días, su motivación para continuar con una tradición que nada significa en realidad y cuáles son las ventajas o desventajas de hacerlo al tiempo con todos los países.