El pasado lunes 20 de febrero, la jueza Tercera Civil del Circuito, Sandra Jaimes Franco, resolvió el lío jurídico sobre la propiedad de la Casa Liberal,  negando la pretensión de posesión que injustamente solicitó desde diciembre del 2014 el exsenador y exrepresentante Carlos Augusto Celis. La vieja casona que todos conocemos como la Casa Liberal, está situada en la avenida quinta, número 14-54. 

Quienes conocen la historia, saben que este inmueble fue adquirido por la Fundación Leandro Cuberos Niño -entidad creada por los directivos del Partido Liberal en 1959- “con destino expreso para que en el inmueble que se adquiere funcione la Casa Liberal” según reza la escritura pública número 682 de marzo 31 de 1971, con la cual se protocolizó la compra en la Notaria Primera del Circuito. 

Desde esa época, allí funcionó el sector oficialista del partido y a través de los años, actuaron como tenedores de la casa los parlamentarios, entre otros León Colmenares B., Virgilio Barco V., Marcos García Carrillo, Héctor Casas Molina, Eustorgio Colmenares B., Carlos Celis Carrillo, Bernardo Silva Gómez, Gabino Hernández M., Álvaro Salgar Villamizar y en general también los diputados y concejales del mencionado sector político.

El último tenedor de la antigua casona por el liberalismo fue Carlos Augusto Celis Gutiérrez, ya que era el parlamentario de mayor rango en el sector. Celis hizo caso omiso a las solicitudes enviadas por diferentes sectores del partido en repetidas oportunidades desde el año 2002, cuando este se apartó de apoyar al candidato escogido por la Convención Nacional Liberal a la Presidencia,  para que devolviera el bien a su dueño. 

Celis Gutiérrez, quien fue elegido en el 2002 y en el 2006 a la Cámara por movimientos diferentes, como Movimiento de Integración Popular (Mipol) y el Partido de la U, nunca respondió a las solicitudes del liberalismo y así la casa siguió bajo su tenencia siendo luego usufructuada por el partido de La U, en cabeza de Efraín Torrado y Manuel Guillermo Mora.

En diciembre del 2014, el señor Celis Gutiérrez interpuso una demanda de prescripción adquisitiva de dominio contra la Fundación Leandro Cuberos, con la que pretendía adueñarse del inmueble que como parlamentario lo había acogido, a pesar de conocer su historia.

Enterados de esta situación, un grupo de liberales de vieja data solicitó al Partido Liberal Colombiano dar poder al abogado liberal Fernando Fuentes Arjona, con el fin de constituirse en oposición a esta acción judicial, que, palabras textuales de su presidente Horacio Serpa, se consideró como “por no decir otro término, una indelicadeza” de parte del exparlamentario. 

El fallo de la señora jueza, nos hace ver que episodios como este que vemos en los medios todos los días, le hacen mucho daño a la credibilidad y honorabilidad de algunos políticos, quienes ejercieron distinciones otorgadas por el pueblo a nombre de un partido, como en este caso, el de haber ocupado una curul en el Senado y en la Cámara de Representantes.

Este triunfo hace justicia, además, con todos aquellos patriarcas liberales que ya partieron pero que décadas atrás, en sus inicios, trabajaron con alma y sombrero por un partido que hoy, a la luz del fallo, puede recuperar uno de sus más tradicionales espacios. Uno que nunca debió haberse destinado para otros menesteres distintos al de las labores partidistas de las toldas rojas y de sus más dignos representantes.