Nicolás ‘Gabino’ Rodríguez Bautista, el inefable comandante del Eln, es un profundo mar de contradicciones, de las que él, tan suspicaz y quisquilloso, no es consciente. Con tal de hablar y hablar desde lo más alto de su soberbia, no le importa qué termine diciendo.

Hace poco, explicó que ‘el Eln considera hoy por hoy que lo unilateral no es lo más acertado en este proceso (de diálogo con el gobierno)’, y, condescendiente en su soberbia, afirmó que la organización ilegal que maneja ‘nunca ha tenido el propósito de hacerle daño a la población colombiana’.

Y sostuvo que ‘nosotros seguimos reivindicando como rebeldes y alzados en armas, el derecho a privar de la libertad a quienes por diferentes circunstancias consideremos que deben hacerse merecedores a ello’. Es decir, siguen secuestrando a quien les parezca. Y punto.

A menos que él y su gente lo consideren como resultado de una negociación previa con la víctima y sus parientes, sin duda el secuestro es una infame actividad unilateral, de las que ‘Gabino’ califica como no acertada y por tanto no acorde con su forma de actuar.

Solo que no hay negociación. Porque la exigencia de dinero a cambio de la vida del secuestrado no tiene nada de diálogo, nada de negociación, nada de acuerdo de voluntades: es una imposición absoluta, intransigente, inmodificable. Es pagar o pagar… o lamentarlo. 

Así que si es cierto que no aceptan la unilateralidad de los actos dentro del proceso de diálogo de Ecuador, ¿por qué, entonces, no dejan de secuestrar, de atacar a los civiles, de contaminar los campos con petróleo, resultado, estas acciones, de decisiones unilaterales?

Y, a menos que el comandante y el Eln crean que actúan en Venezuela, por ejemplo, donde viven, centenares de civiles, de policías, de soldados, funcionarios y hasta obispos católicos a los que han matado o herido o secuestrado o extorsionado eran colombianos, parte fundamental de esa ‘población colombiana’ a la que la guerrilla guevarista dice que nunca ha tenido el propósito de hacerle daño.

Y eso de que ‘se pueden presentar incidentes con civiles en medio de la guerra’ no deja de causar sorpresa cada vez que alguno de los guerrilleros lo repite, porque, según las estadísticas de la guerra, 40 por ciento de todas las víctimas son civiles que nada tienen que ver en el asunto. No es que pueden resultar afectados: es que son víctimas directas y, en la mayoría de los casos, los únicos afectados.

Como son civiles los campesinos que caen en campos minados, o los periodistas que, en su preocupación profesional recorren los campos en busca de informar de la realidad, y son secuestrados por células guerrilleras del Eln. Para no remontarnos en la historia, basta recordar que desde hace 48 horas, los periodistas holandeses Derk Johannes y Ernst Marie Follenders permanecen en manos de la guerrilla de ‘Gabino’, según testimonios e indicios.

Así que, un poco de congruencia y de coherencia entre lo que dicen y lo que hacen les vendría muy bien a los jefes del Eln, pues les facilitaría no quedarse del tren de la paz, que se les está yendo raudo.