Más vale prevenir que lamentar dice el refrán. Como anillo al dedo cae hoy este dicho popular en una porosa frontera como la nuestra que registra movimientos históricos de personas por la crisis de todos los  órdenes que golpea a Venezuela.

El coronavirus que empezó su ataque en China, país que nos suena muy lejano, ya ha cruzado los océanos, atravesado continentes y llegado a Occidente para infectar a personas en Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania.

No es alarmismo, y toda la razón le asiste al director del Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander, Carlos Arturo Martínez, para que la población en general empiece a asumir responsablemente el lavado de manos y el uso de tapabocas cuando tengan algún síntoma sobre todo tipo de virus respiratorio que se registran  en diversas épocas del año.

Prevenir, prevenir y prevenir es lo aconsejable, pero no solamente al momento de advertirse síntomas que pudieran llevar a pensar que hubo contagio con el coronavirus u otras, ya que volver esto una rutina, ayudará a enfrentar mejor cualquier riesgo de mayor gravedad. No. Hay que hacer brigadas que vayan a escuelas colegios y universidades para indicarles a los estudiantes y profesores frente a la amenaza que nos encontramos. Las  entidades departamentales de salud y educación deben aprovechar que se acaban de reanudar las clases, y poner en marcha una estrategia conjunta.

Esa labor educativa e informativa es fundamental para que la población tome conciencia y desde el núcleo de la sociedad, que es la familia, se tengan presente qué debe hacerse para evitar un posible contagio, o cómo comportarse si alguien cercano está afectado.

Esa labor debe desarrollarse, también a nivel de los barrios y veredas, por intermedio de la red pública de salud en alianza estratégica con los dirigentes comunales y de personas que están al frente de grupos de adultos mayores, para que mediante charlas les expliquen la situación y los métodos para evitar ser afectados.

Estamos a tiempo, porque si China, donde estalló el peligroso problema sanitario, está construyendo un hospital en diez días, aquí no habría excusa alguna para que se saquen excusas a la hora de disponer lo necesario en materia logística y de recursos económicos y humanos para la barrera preventiva.

Esto no es juego ni una versión fantasiosa de la prensa o televisión para ganar audiencia. Resulta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de advertir que el riesgo de diseminación mundial del virus es alto, elevando su estimación de la semana pasada cuando dijo el riesgo era moderado. 

Así como es importante la llave salud-educación, también lo es la misión que indudablemente debe hacer Migración Colombia porque una zona fronteriza como la nuestra, con un país cuyo sistema de atención de salud está colapsado, es innegablemente necesario ponerle la debida atención frente a situaciones como la que ha disparado las alarmas internacionales.

La región ni el país están para sorpresas.  En ese sentido, el Ministerio de Salud determinó que dentro de los procesos rutinarios de vigilancia y atención, se están aplicando los protocolos para la detección y tratamiento de pacientes con Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), y se está haciendo seguimiento a los viajeros que procedan de China con sintomatología respiratoria. La alerta hay que mantenerla frente a un coronavirus que ya está afectando hasta la economía mundial.