Desde que estalló la crisis social y humanitaria de la creciente migración de ciudadanos venezolanos hacia Colombia, y que ha tenido a Cúcuta como escenario de primer orden e importancia, en La Opinión hemos venido alertando sobre la necesidad de extremar y mantener los controles y la vigilancia para evitar una grave calamidad de salud pública. 

Y lo decimos porque es impresionante la proliferación de ventas callejeras de toda clase de artículos comestibles, productos alimenticios y bebidas.

Estos  ingresan a Cúcuta, todos los días y a todas las horas procedentes de Venezuela sin ningún tipo de control sanitario. 

La mayor parte de los controles y vigilancia se ejercen sobre la carne, cuyo contrabando ha sido imposible de neutralizar.

Ya tenemos encima el problema de los niños con sarampión que han llegado del vecino país y que las autoridades de salud están atendiendo con prontitud y diligencia. 

El sarampión había sido erradicado en Colombia desde hace cerca de 20 años y nuestras autoridades han estado siempre atentas para evitar su reaparición, a través de masivas y permanentes campañas de vacunación y prevención.   

El doctor Diego Alejandro García Londoño, coordinador nacional del programa de vacunación del Ministerio de Salud, ha explicado en forma reiterada y conviene tenerlo siempre presente que el sarampión es una enfermedad viral que se transmite por vía aérea de persona a persona, generando una serie de síntomas como fiebre alta, conjuntivitis, problemas respiratorios y brote en el cuerpo, el cual se inicia en la cara y va expandiéndose.

Ahora, más que tratarlo, lo que buscan las autoridades es prevenirlo a través de la vacuna triple viral, la cual debe aplicarse por primera vez al cumplir el niño sus primeros 12 meses de nacido, con un refuerzo a los cinco años.

De hecho, según argumenta García Londoño, “son los niños menores de 10 años que aún no tienen su vacuna completa la población más propensa a contraer esta enfermedad. 

Puede dar también en adultos, pero este público está protegido con todas las campañas de vacunación que hemos hecho en los años anteriores”.

Y, aunque Colombia cuenta con una cobertura de vacunación del 93 %, la única población susceptible no es ese 7 % restante; también lo son las personas provenientes de Venezuela. 

En el país vecino hay un brote cercano a los 1.000 casos, algo que podría generar una propagación de sarampión en nuestro país, para lo cual las autoridades han encendido todas las alertas. 

Por el momento el Instituto Nacional de Salud está pidiendo tanto a  venezolanos como a colombianos que acudan a los cerca de los 2.600 puntos de vacunación que se han establecido en el país y solicitar la triple viral, una vacuna sin ningún tipo de costo.

Reiteramos la petición de vacunar a los niños y a las autoridades de salud no bajar la guardia. 

Antes por el contrario, seguir extremando todos los controles para no tener después que sufrir situaciones lamentables y dolorosas.