Hay registro de su existencia —y de sus estragos— que datan de 3 mil años antes de Cristo. Es una enfermedad tan conocida de la especie humana, que a veces se le identifica solo como ‘La vieja compañera’. Eufemistas y vergonzantes le dicen blenorragia, pero para el resto del mundo, incluidos los científicos, es la gonorrea.

Y esta vez es noticia dramática: según la Organización Mundial de la Salud (Oms), en varios países —especialmente ricos y avanzados—, se están registrando casos intratables, para los que ningún antibiótico es efectivo.

La bacteria Neisseria gonorrhoeae, causante de la enfermedad, ha mutado y se ha adaptado a todos los tratamientos, por mal aplicados o por no terminados, y se ha hecho resistente a todos los medicamentos.

Los científicos dicen que es un microorganismo tan hábil, que entre sus genes hay fragmentos del ADN de los humanos, indicios de los saltos evolutivos de la bacteria para adaptarse. Es la primera vez que se tiene noticia de una bacteria que haya copiado parte del ADN humano para integrarlo a su material genético y todo parece indicar que el “robo”  es un hecho reciente en su historia natural.

Pues la Oms acaba de lanzar un dramático llamado al mundo para que haga lo que esté a su alcance para enfrentar una eventual epidemia catastrófica de esta enfermedad de transmisión sexual altamente contagiosa que cada año afecta a más de 78 millones de hombres y mujeres en el mundo.

Según la Oms, ‘la infección se ha disparado por culpa de conductas sexuales inseguras, relacionadas con la disminución del uso del preservativo, el aumento del turismo, los sistemas de detección poco efectivos y los tratamientos empíricos, inadecuados e insuficientes, que no acaban con el foco de la enfermedad, sino que la mantienen latente y a la vez inducen mutaciones del orden genético, que refuerzan sus defensas contra los antibióticos’.

El llamado de la autoridad mundial es muy pertinente para Cúcuta, a donde siguen llegando decenas y decenas de prostitutas venezolanas que pueden estar ya infectadas, por razón de la falta de controles y medicamentos en Venezuela. Ellas, y las prostitutas locales, en plena guerra de precios y oportunidades, pueden caer en descuidos imperdonables y, si no lo están, contagiarse y contagiar a sus clientes.

De ordinario, en especial los hombres, acostumbran a enfrentar el problema en la farmacia de la esquina, donde les sugieren tratamientos que parecen surtir efecto en el corto plazo, y por lo mismo son suspendidos. Esto, precisamente, es lo que aprovecha la bacteria para mutar y hacerse inmune.

Según la Oms, más de 50 países han informado de resistencia de la bacteria a cefixima y ceftriaxona, los dos antibióticos más poderosos y modernos con los que se venía tratando esta enfermedad, y que está obligando a que los gobiernos están asumiendo la responsabilidad que descansaba solo sobre los médicos.

El caso de Cúcuta es muy particular, por razones conocidas. Les toca a las autoridades locales diseñar planes de contingencia realmente eficaces, en especial si se tiene en cuenta que cada llamado de urgencia de la Oms obedece, realmente, a situaciones de verdad apremiantes, que no dan espera…