La que acaba de pasar ha sido una de las Semanas Santas más tranquilas y auspiciosas de los últimos años en Cúcuta y la zona de frontera. 

Fue notable la movilización de viajeros por los diferentes medios de transporte y las medidas de seguridad dispuestas por las autoridades se vieron reflejadas en la reducción de los hechos de violencia y los accidentes de tránsito. 

La afluencia de los feligreses a las iglesias también fue destacada como su participación con reverencia y devoción en las procesiones y demás actos religiosos programados para esta época del año. 

Los centros comerciales, los hoteles y los restaurantes estuvieron igualmente atiborrados de clientes.

Dos hechos en particular queremos resaltar: el día sin carro y sin motos, que en los últimos años es el Viernes Santo, y la adecuación del mirador Jesús Nazareno, en la parte alta del barrio Antonia Santos, desde donde se puede apreciar una de las vistas más maravillosas de la ciudad.

Bajo un sol inclemente, el día sin carro permitió que muchos cucuteños con sus familias salieran a caminar, o en bicicletas o patines por las despejadas calles y avenidas. 

Desaparecieron ese día los ruidos ensordecedores de las motos de alto cilindraje, las imprudencias de sus conductores y la contaminación ambiental, visual y auditiva que en el resto del año nos tortura y enloquece. 

Sobre el mirador Jesús Nazareno hay que destacar la masiva participación de los habitantes de Cúcuta y del área metropolitana en el recorrido de los 2.600 metros que lo conforman, por los senderos adecuados por la administración municipal.

Fue tal la cantidad de gente en subir al cerro el jueves y viernes santos, que miles de personas – hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos – se arriesgaron a hacerlo por trochas y caminos peligrosos.  

Las obras de adecuación del mirador fueron adelantadas por la actual administración municipal con inversiones por más de 2.100 millones de pesos. 

Este proyecto se había planteado por parte de dirigentes y voceros de la Comuna 8 como un programa de reparación colectiva de las víctimas que dejó el conflicto armado en esa y otras zonas de Cúcuta. 

Las obras no se han concluido y en los planos esperan turno las correspondientes a la construcción de dos nuevas rutas de acceso y de salida, así como terminar la adecuación del parqueadero. 

El proyecto contempla también la plazoleta de eventos, la capilla y locales comerciales. 

La apertura temporal que se acaba de hacer en esta Semana Santa puede considerarse como un hecho positivo para la ciudad y las autoridades deberán tener en cuenta las fallas y falencias presentadas para hacer los correctivos necesarios.