Se dice fácil: sesenta años. Pero, en realidad, es tanto… Teóricamente, son tres generaciones de cucuteños, entendidos como nortesantandereanos: abuelos, hijos y nietos a los que, desde estas páginas hemos intentado acompañar cada día, todos los días, desde cuando éramos un sueño recién materializado en unas cuantas páginas impresas.

Todos estos años, La Opinión ha acompañado a una región que es hoy, no hay cómo ocultarlo, una de las más complejas del país actualmente, por todo lo que representan la frontera más dinámica de América Latina, la complicadísima problemática del Catatumbo, la ausencia permanente y definitiva del Estado, la falta de oportunidades para 1,5 millones de personas, las dificultades generadas por la geografía agreste, salvaje y aún sin consolidarse, la pobreza y la miseria centenarias, y la manera displicente e incluso ofensiva como los gobiernos, todos, uno tras otro, le han vuelto la espalda.

Aunque no siempre fue así, pues la región y sobre todo Cúcuta, también vivió décadas buenas, cuando la actividad comercial con Venezuela floreció en todo su esplendor, la economía era boyante y no existían los problemas que empezaron a aparecer a mediados de los años 80.

En estos años de vida, La Opinión ha procurado no apartarse un ápice de las ideas de los fundadores y primeros responsables, todas ellas enfocadas a la defensa irrestricta de los intereses de los lectores, de la democracia y de la institucionalidad.

Hemos trabajado muy duro en ello, pero nos sentimos insatisfechos. Tal vez, haya habido oportunidades en que pudimos ir más allá en nuestro compromiso de defensa de la región, pero las circunstancias del poder centralista han desbordado toda nuestra capacidad de argumentar.

El 31 de mayo de 1958, cuando con la timidez del primerizo salimos a la calle, dijeron los fundadores:

“Es nuestro firme propósito que La Opinión sea un desvelado servidor de los intereses de Cúcuta, inspirado permanentemente en la política de igualdad, entendimiento, honestidad y justicia que constituyen la esencia misma del Frente Nacional.

“Todos los hechos que afecten directa o indirectamente a nuestra ciudad Capital y al Departamento, así como todas sus inquietudes, nos encontrarán siempre listos, si no para aportar soluciones definitivas, sí por lo menos como vehículos de difusión a sus aspiraciones o para ayudar a un planteamiento claro y exacto de sus problemas en forma que permita a todos nuestros conciudadanos opinar con bases ciertas sobre cada una de sus diversas fases.

“Inspirados en el más alto patriotismo y con el deseo irrevocable de hacer labor constructiva, no está dentro de nuestro programa despilfarrar el tiempo qua pudiera ser útil a la solución adecuada de los problemas del Municipio y del Departamento, con críticas precipitadas o sensacionalistas, o entablando polémicas de carácter personal, que a nada conducen, que nada resuelven y que a nadie benefician.

“Estas son las ideas y normas sobre las cuales conformaremos nuestras actuaciones.

“Sea ésta también la ocasión para presentar nuestro saludo a los colegas de los periódicos y radioperiódicos locales, con quienes aspiramos a identificarnos en el mejor servicio a los intereses de la colectividad”.

En la profunda y sincera convicción de que, a pesar de los prolongados tiempos de tormenta para los medios de comunicación, hemos cumplido con todos, solo nos queda decirles a ustedes, muchas gracias por permitirnos defender sus intereses como personas, como cucuteños y como colombianos.