Son satisfactorios y alentadores los informes de las autoridades sobre la reducción de los casos de accidentes y niños quemados con pólvora en estos primeros días de diciembre.

En Cúcuta y Norte de Santander el reporte no puede ser más satisfactorio: cero quemados durante la noche de las velitas, a diferencia de años pasados en los que tuvimos que lamentarnos una y otra vez por las graves heridas y lesiones sufridas por nuestros niños por la irresponsable manipulación de la pólvora. 

De acuerdo con las cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), los casos de menores quemados en la primera semana de diciembre de este año se redujeron 31,3 por ciento en relación con el mismo periodo de 2016. 

Pero pese a que se han disminuido las cifras, se registraron en la noche del jueves 11 casos de personas lesionadas con pólvora, de ellas cuatro menores, en hechos ocurridos en Magdalena, La Guajira, Huila, Cesar, y siete adultos en Antioquia, Valle y Cauca.

Pero hay más cifras que devuelven el optimismo. Un estudio del Instituto Nacional de Salud reveló que el acumulado de quemados durante el presente año de 2017 registró cifras menores en relación al año pasado, destacándose  una reducción de 51%. De 108 casos pasamos a 57; en menores de edad la reducción es del 55.7% habiéndose presentado 27 casos en la actualidad, frente a 61 casos del 2016. En adultos se registraron 30 casos mientras que el año pasado se reportaron 47.

El informe del Instituto Nacional de Salud señala que los casos por los que más se registran quemados obedecen al manejo de los llamados totes y voladores. Hay que destacar la acción de las autoridades policiales que hasta la fecha dejan la incautación de 14 toneladas de pólvora.

A  pesar de estos avances, todas nuestras autoridades tienen que seguir intensificando sus acciones y planes hasta lograr el objetivo anhelado de ni un solo niño o niña quemado con pólvora en Colombia. Y a esta loable tarea tiene que vincularse siempre con entusiasmo la comunidad. A las autoridades no se les puede dejar sola en esta tarea. Como tampoco bajar la guardia. 

Por este motivo, la dirección general del ICBF dispuso este año que sus 15.000 funcionarios y colaboradores se desplegaran por todas las calles de nuestras ciudades y pueblos para hacer conciencia en la población sobre los peligros que representa el uso de la pólvora y la responsabilidad que tienen los padres de familia y los adultos en general.  

Estas jornadas se continuarán desarrollando en los próximos días, pues como lo ha señalado la directora del ICBF, Karen Abudinen Abuchaibe, “estas festividades son momentos para compartir en familia, brindarles protección y amor a nuestros niños, niñas y adolescentes, lejos de los riesgos que representa el uso y manipulación de pólvora. En nuestras manos está evitar que ellos sufran las consecuencias de una lesión que los pueda marcar para toda la vida”.