El lenguaje diplomático es siempre enigmático. Las palabras casi nunca se corresponden con el significado tradicional que se les da en el mundo más llano y universal. Por eso, es muy difícil saber cuál es el alcance de palabras como ‘cerco más poderoso y efectivo’ que pidió al Grupo de Lima el presidente Iván Duque para aplicar al presidente Nicolás Maduro.

Parece que ya el arsenal de medidas sancionatorias de carácter económico y político se agotó, por lo cual solo queda pensar en que los países del Grupo de Lima darán pasos más avanzados, hasta lograr la salida de Maduro. Pero más allá de lo político lo único que sigue es lo militar.

¿Será eso lo que planteó Duque, en contradicción con declaraciones suyas en Cúcuta en las que descartó la intervención armada? Al fin y al cabo, plataforma de lanzamiento mejor que Colombia no hay para atacar militarmente al régimen de Caracas. Es lo que desea Donald Trump, y lo que predica con insistencia Pero, ¿y las consecuencias que deja toda guerra...?

Desde luego, la postura del vicepresidente estadounidense Mike Pence se vio ayer un poco más moderada, cuando se inclinó por la vía diplomática al convocar de urgencia una reunión del Consejo de Seguridad de la Onu para tratar el asunto de Venezuela. La reunión será hoy, martes, en Nueva York.

Incluso, Pence pareció dar un leve viraje en cuanto a la consideración de la ayuda humanitaria que planteará ante la Onu, organismo que, junto a la Cruz Roja Internacional, se abstuvo de apoyar el envío a Venezuela vía Colombia, porque, en su concepto, incluye un componente político que esos organismos no admiten.

La posición de Pence se reforzó cuando el grupo le solicitó a la Corte Internacional de Justicia considerar la grave situación de Venezuela, algo que en otras palabras significa someter a Maduro a un proceso judicial por estar sometiendo intencionalmente a los venezolanos, y en particular a la población más vulnerable, a una sistemática privación de alimentos y medicinas, y de acceso a servicios básicos, para asegurar su permanencia en el poder. 

Al plantearlo ante la Onu, el organismo internacional y la Cruz Roja podrán, según sus prácticas, llevar a Venezuela las medicinas y los alimentos necesarios y que Venezuela rechazó el sábado pasado.

La dinámica dentro del Grupo de Lima es muy particular: son 14 países de origen latinoamericano, salvo Canadá, integrados para buscar una salida a la crisis de Venezuela, pero en Bogotá el liderazgo lo asumió Estados Unidos, que no es miembro. De los 14, México, Guyana y Santa Lucía decidieron no asistir, porque no reconocen a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, en tanto Costa Rica, que sí lo reconoce, tampoco estuvo presente.

Y es que cuando la palabra guerra se pronuncia, Costa Rica se margina…

Y, aunque no fue precisamente la palabra de Pence, si se le entendió cuando dijo que su Gobierno espera ‘una transición pacífica hacia la democracia, pero el presidente (Donald) Trump lo ha dejado claro: Todas las opciones están sobre la mesa”. Todas, obvio, incluye las armas.

En la reunión también estuvo el presidente interino Juan Guaidó, a quién Pence ofreció apoyo del ciento por ciento. Y, para despejar dudas, Pence se refirió a Colombia, dando a entender su respaldo incondicional: ‘Colombia es un sólido socio en la región y quien amenace su soberanía o seguridad, que no intente probar el compromiso que Estados Unidos tiene con su aliado”.