Tres noticias económicas positivas en un día no son muy usuales para una zona como la nuestra, tan necesitada del mejoramiento de su situación general.

No se refieren a la solución de todos los problemas de Norte de Santander, pero sí a hechos que contribuyen decididamente a la superación de los muy difíciles tiempos que se han vivido en esta región.

En primer lugar, en Toledo, la Federación Nacional de Cafeteros, a través del comité departamental, acaba de renovar más de un millón de cafetos con los que la industria del grano se revitalizará y beneficiará de manera directa a los miles de campesinos de la zona, e indirectamente a todo el departamento.

Siempre es oportuno recordar que la industria cafetera colombiana nació en Norte de Santander, precisamente, departamento que se dejó arrebatar el liderazgo y que le dio la espalda al grano. Por fortuna, ahora se observa un renacer de todo lo que tiene que ver con este producto del que la economía nacional ha obtenido ingresos valiosos durante largos años.

Otro hecho positivo es el relativo al anuncio del Banco de Comercio Exterior de Colombia (Bancóldex), de que en menos de dos meses logró colocar unos 63.000 millones de pesos en créditos para Norte de Santander, en un 66 por ciento en las microempresas de Cúcuta, Ocaña, Ábrego y Chinácota, en los sectores de comercio, agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y manufactura.

En su mayoría, son préstamos a mediano y largo plazo, lo que demuestra el optimismo de los empresarios y la confianza en ellos por parte del banco, señal de que, tal vez poco a poco, están llegando días mejores por los que siempre se esperó.

La presión sobre el crédito fue tal, que el banco debió ampliar el cupo de los 50.000 a los 63.000 millones de pesos, en busca de beneficiar a 589 empresas.

La línea de crédito fue una promesa que formuló el presidente Juan Manuel Santos en su última visita a Cúcuta, en febrero pasado, y que cumplió en el menor tiempo que se pudo.

En los últimos años, Bancóldex ha destinado para la región casi un billón de pesos, que han logrado beneficiar a 82.181 empresas regionales.

Y el último hecho, que beneficia a la población en general, tiene que ver con el índice de inflación, que en mayo pasado fue de -0,23 por ciento, de acuerdo con los informes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).

Es el registro más bajo entre todas las capitales del país, y aunque causas puede haber varias, el beneficio para los habitantes es claro. No solo estuvo bajo el promedio nacional, sino que su crecimiento fue negativo.

Un año atrás el mismo índice fue de 0,23 por ciento, el más alto para mayo.

En esta oportunidad, el sector de los productos alimenticios fue el jalonador de la baja, con un registro de -0,55 por ciento. El año pasado, en el mismo mes, la cifra fue de 0,54 por ciento.

Puede que la presencia de una enorme cantidad de productos venezolanos de contrabando haya contribuido a la caída en las cifras. Pero, de ser así, vale la pena recordar que eso significa un perjuicio para los productores nacionales.