Cuando los problemas no se intervienen una vez se tiene indicio de ellos, terminan convirtiéndose en asuntos inmanejables y muchas veces, imposibles de atacar.

No es nuevo que Cúcuta, junto con el eje cafetero, es la zona del país que lidera el consumo de heroína. Es un fenómeno del que se viene alertando desde hace al menos dos años, pero sobre  el cual no se ha trazado un verdadero plan de intervención que permita tratar a las personas consumidoras y evitar que otras caigan en la casi que inevitable adicción que esta droga genera.

La más reciente alerta la han lanzado los médicos del hospital Erasmo Meoz, quienes han detectado un aumento en los casos que atienden.

Cada fin de semana reciben en promedio cuarenta casos de pacientes que deben someterse a desintoxicación por cuenta del consumo de esta droga. Los galenos también dan cuenta del preocupante aumento del consumo de marihuana cripy y cocaína rosada, también conocida como 2cb.

Esta cifra es alarmante, sin contar con lo que ellos llaman el subregistro, es decir las personas que no acuden en busca de atención médica, pero que también están ‘enganchados’ en esa droga letal.

Más allá del testimonio de los médicos, la situación con la heroína ya se ha hecho visible en las calles.

En sectores como el Canal Bogotá, la plazoleta de Telecóm e incluso en zonas residenciales en distintos rincones de la ciudad ya es común presenciar el consumo de heroína especialmente en jóvenes, sin importar si es de día o de noche.

De esta situación dan cuentan los líderes comunales, quienes aseguran que es un problema que se salió de las manos y se muestran preocupados por las graves consecuencias que esto puede causar a los jóvenes.

Si se tiene en cuenta que esta es una de las drogas más adictivas y nocivas para la salud, el problema al que se enfrentan las autoridades no es menor, pues son muy raros los casos en los que una persona que consuma basuco, cocaína o heroína, no termine siendo adicta.

A esto se suman dos componentes que agravan la situación: el primero, que según los expertos, la heroína es la droga más asociada a la delincuencia, a los homicidios y a los robos; el segundo, el factor relacionado al contagio del VIH por cuenta del uso de las jeringas que utilizan los consumidores de heroína.

Es prioritario trazar un plan de acciones urgentes que integre a las secretarías de Salud, de Gobierno, a la Policía y a los grupos de inteligencia para que ataquen también a las bandas dedicadas al microtráfico, que se han ido consolidando en los barrios y que en parte son los responsables del incremento del consumo.

El problema de la heroína debe ser tratado como un problema de salud pública; adicionalmente, es urgente también establecer un programa de prevención serio, que intervenga en los centros educativos y que llegue a la población joven.

Buscar apoyo en expertos en adiccciones, como el colectivo Aquí y Ahora que lidera el cucuteño Efrén Martínez, quien en el pasado ya ha capacitado a algunos profesionales en esta materia, podría ser estratégico para enfrentar este problema, que de acuerdo a las cifras, se está saliendo de control.