El ingreso de carros venezolanos a Cúcuta continúa a pesar de las restricciones legales y geográficas existentes. Esto se evidencia en las calles de la capital nortesantandereana, en donde se ve como aumenta el tránsito de vehículos con placas del país vecino, algunos de ellos modelo 2016 y 2017.

Los puentes internacionales cerrados para el paso de automotores y la posibilidad de que estos sean recogidos por las autoridades cuando sean encontrados sobre la vía pública, no ha impedido que está dinámica se mantenga a la vista de todos, como sucede con la mayoría de actos relacionados con el contrabando.

Francisco Unda, gerente de la Andi, seccional Norte de Santander, llamó la atención sobre esta situación que está terminando de deteriorar la ya difícil realidad de los automotrices con presencia en la región que además de la crisis nacional en ventas, se enfrentan a la competencia de carros venezolanos último modelo con los que no pueden competir en precio.

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Las soluciones están en manos del Gobierno Nacional en Bogotá y los empresarios de la región siguen esperando que ellas lleguen, para así empezar a dar el mensaje y ejemplo de legalidad que necesita la frontera.

El primer llamado que se le hace al presidente Juan Manuel Santos y su gabinete ministerial es que firmen ya el decreto de internación  de vehículos, que, además de regular el tránsito de carros con placas venezolanas, también mejorará los ingresos tributarios del departamento.

“La internación de vehículos debe cumplir con tres aspecto. Definir un rango de tiempo para que los vehículos que están en la ciudad desde antes de agosto de 2015 puedan seguir transitando. Definir el tributo que deben pagar, porque no podemos tener una cantidad de vehículos que no pagan impuestos. Por último, que se reglamente la propiedad de los carros, verificando si algunos de ellos fueron robados”, señaló Unda.

El vocero de la Andi señaló que el primer punto es fundamental, pues no hay ninguna justificación para que después del cierre de la frontera los vehículos venezolanos sigan entrando y en algunos casos comercializándose de forma ilegal en algunos negocios.

“La única forma de que hayan entrado es por contrabando y las personas que los compran están siendo engañados, porque esos carros para poder están en la ciudad deben tener el registro de importación y no los tienen (…) Por eso es importante decirle a las personas que no pueden comprar vehículos venezolanos modelos posteriores a 2016. Hay mucha gente que está intentando engañar a los colombianos ofreciéndoles estos modelos.

Con el decreto de importación también se busca que los carros de Venezuela que transiten legalmente en Norte de Santander paguen impuestos, como lo hacen los propietarios de los carros colombianos. 

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“Cúcuta no puede seguir siendo una ciudad a la que todos le exigimos pero nadie le aporta, es uno de los temas por donde tenemos que empezar y es que los que usufructuemos los bienes públicos de la ciudad paguemos los impuestos que se necesitan para mantenerlos. Los vehículos deben pagar”, detalló el dirigente.

La otra petición de los empresarios a la administración Santos es que aumente el apoyo físico y humano a la Polfa y la Dian, que son las entidades de vigilar el contrabando, pero que está visto no tienen la capacidad suficiente para hacerlo en el departamento, especialmente porque el contrabando es un problema al que no se le ha dado la dimensión que verdaderamente tiene.

Lo preocupante es que si no se atienden estas peticiones, que ya parecen suplicas por las demoras del Estado para responderlas, es que si no se hace algo se perdería el esfuerzo hecho hasta ahora para aumentar la inversión, que en el sector automotriz es muy notorio.

“Nos preocupamos por la formalidad y la legalidad, esto hizo que llegaran concesionarios generando empleo y moviendo la economía, pero si esto no se controla, vamos a volver al punto en el que los concesionarios de la ciudad no serán rentables. Hay que recordar que solo las empresas sostenible y rentables como estas generan empleos de calidad y formales”, agregó Unda.