Desde la 12:00 am de este sábado, 1 de febrero, la aplicación de transporte Uber dejó de estar habilitada en Colombia. Esto, tras el fallo de un juez que a través de la Superintendencia de Industria y Comercio decretó que su servicio es ilegal por incurrir en competencia desleal. 

Uber emitió un comunicado en el que confirma su salida y al acatar el fallo que califica de "arbitrario" y recordó que aunque lo apeló este no fue suspendido. 

"Esta orden sólo se le hace a Uber y no a las demás aplicaciones de movilidad colaborativa disponibles en Colombia, lo que crea distorsiones en el mercado. Es importante aclarar que aunque los operadores de telecomunicaciones decidieron no acceder al bloqueo ordenado por la autoridad, que es a todas luces una acto de censura que va en contra de los derechos al acceso a internet y neutralidad de red, eso es independiente de la obligación que impuso la SIC a la aplicación de Uber", dijo la compañía digital en su comunicado, emitido este sábado. 

También aclararon que la aplicación Uber Eats seguirá funcionando con normalidad en 12 ciudades de Colombia. 

En cuanto a los 88.000 conductores de Uber, que la aplicación llama socios, dice que "recibirán sus ganancias por los viajes realizados y se harán los pagos correspondientes en los tiempos establecidos". 

Y agregó que "así mismo pasará con los usuarios que tengan algún tipo de situación en trámite, se resolverá por medio de la sección de Ayuda en la aplicación". 

Finalmente, Uber se despidió diciendo que "agradecemos a todos los colombianos su apoyo incondicional en estos seis años y, en especial, en estas últimas semanas". 

Un problema de fondo en Colombia 

Analistas coinciden en que pese a las controversias alrededor de Uber por los debates sobre si cumple o no las normas tributarias del país, una de las críticas que más resalta el gremio de taxistas, y por los 88.000 conductores que piden se les respete el derecho a trabajar, lo cierto es que aplicaciones de esta naturaleza ya están inmersas en las dinámicas sociales y económicas del país y son inevitables e imparables. 

Para los expertos, la clave está en lograr una convivencia armónica entre gobierno, gremios y empresas de plataformas digitales. 

Los especialistas en tecnología consideran que no es recomendable para el Gobierno tomar posturas proteccionistas, por ejemplo a favor de los taxistas. 

En el caso de Uber, su salida no tuvo que ver con decisiones del Gobierno sino con un juez que dirimió un conflicto jurídico, aclaran los expertos, pero sí revelan las necesidad de una regulación. 

"El futuro puede ser muy incierto si el gobierno deja que las presiones de los gremios sean muy fuertes, adoptando una posición paternalista. Lo que no debería ocurrir es que, por ejemplo, Anato y Cotelco les pongan problema a plataformas de viajes para proteger únicamente los intereses de sus sectores", explica Víctor Solano, consultor en reputación digital. 

Por su parte, el profesor de economía en la Universidad Jorge Tadeo Lozado, Édgar Jiménez, considera que la aparición de plataformas digitales está directamente relacionada con necesidades de empleo. 

"Este tipo de plataformas, en la medida en que tienen una utilidad (teniendo en cuenta que la tecnología va varios pasos adelante de la legislación), lo que hacen es incluir grupos sociales que estaban por fuera de algún tipo de actividad laboral", explica. 

Actualmente Uber tiene vinculados a su plataforma a 88.000 conductores en todo el país. 

El experto hace énfasis en que, debido a la naturaleza del mercado, las empresas identifican necesidades que buscan satisfacer por medio de servicios y alternativas, haciendo referencia tanto a Uber como a otras plataformas que operan en Colombia. “En la medida en que alguien está mal atendido o no está atendido, busca una salida”, añade. 

A pesar de que el Gobierno Nacional dijo en varias oportunidades que no busca frenar los avances tecnológicos, el analista Víctor Solano considera que es función del Estado asimilar y acoger estos cambios. 

"El Estado debe ser coherente con las tendencias del mundo y entender que hay una demanda del mercado por servicios de mayor calidad que exigen, precisamente, unos estándares más altos que muchos sectores convencionales no han entendido porque no han hecho su transformación digital", asegura. 

Además, el experto augura que “en los próximos meses podría darse un debate más grande, ya en el legislativo, alrededor de la regulación de este tipo de plataformas, que vayan más allá del sector del transporte y abarquen todo el tema de economía colaborativa. Yo pienso que la discusión se va a trasladar al Congreso".