Los cañicultores de Norte de Santander siguen parados en el tiempo. La falta de maquinaria para la transformación de la caña en panela, los tiene aún como productores artesanales que trabajan con las mismas herramientas del siglo pasado.

Una investigación desarrollada por docentes de la Universidad de Pamplona, demostró que de las 3.707 Unidades Productivas Asociativas (UPA) de caña existentes en el departamento, el 82,1% no cuenta con la maquinaria ni la tecnología necesaria para ser competitivos en el mercado local ni nacional.

Uno de los mayores retrasos se evidencia en las hornillas -hornos para la producción de panela- y las guadañas, dijo Alexander Botello Sánchez, economista investigador del proyecto, junto a Jazmin Manzano.

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La construcción del Índice Multidimensional de Desarrollo Sostenible sobre la caña,  también permitió definir que otros factores como la falta de financiación, la escasez de distritos de riego y la poca asociatividad, están generando un enorme problema de competitividad en el sector.

“Al no estar en ningún tipo de asociación no reciben asesorías técnicas, por lo que no están enterados de las innovaciones en la producción de la caña”, indicó Botello.

Según el estudio, el 80% de los cañicultores no pertenece a ninguna asociación ni gremio y un 77,5% afirma no haber recibido asesorías de ningún tipo.

Por su parte, la falta de créditos especiales para poder adquirir maquinaria ha generado desconfianza de los productores en la banca y una muestra de esto es que la mayoría prefiere no pedir ningún préstamo. “No hay un programa de apoyo a este tipo de cultivos en el departamento”, sentenció el economista. 

Para que el sector repunte se necesita un asesoramiento técnico en el tema de asociación y producción. Así como financiamientos especiales que permitan la adquisición de maquinaria moderna y el apoyo del sector público en la infraestructura, concluyen los investigadores.