La industria y el agro se han convertido en el talón de Aquiles para el crecimiento de la economía colombiana. En contra de lo estimado por el Gobierno Nacional y por especialistas en la rama, estos sectores no sacan la cara por el país por la devaluación.

Las cifras del segundo trimestre del año, reveladas por el Dane, reflejan un crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) de 3%, una caída de la industria de 1,3%, y un leve crecimiento del agro, que apenas alcanza 2,5%. En 2014, la situación tampoco fue favorable; la industria cayó 1,4%, y la agricultura creció solo 1,6%.

Lo grave de la situación, aseguran los expertos, no son solo las condiciones que enfrenta cada uno de los segmentos, sino la forma en que se solucionan los problemas. “Los crecimientos se dan cuando hay rentabilidad, y eso no está pasando en el agro. A pesar de la clara devaluación, seguimos importando y bajando la producción, pensando que esa es la solución, cuando realmente empeora el problema”, resaltó Rafael Mejía, presidente de la SAC (Sociedad de Agricultores Colombia).

Agregó que el año pasado se importaron 10 millones de toneladas de alimentos, y que de enero a julio de 2015, esa cifra ya ha aumentado 8,4%. “Todo eso se refleja en la inflación, que está por el orden de 6,11%. Adicional a eso, la falta de inversión y los efectos negativos del fenómeno de El Niño”, aseguró.

Para el caso de la industria, la situación es similar. “Hay una desaceleración productiva: se están exportando más bienes de consumo final. Hay una evidente reconversión de traer más baratos los insumos, y de esta forma, remplazar la producción nacional. Estamos manteniendo la demanda de consumo, pero con bienes importados”, explicó Raúl Ávila, profesor de industria de la Universidad Nacional.