El comercio ilegal de cigarro en la frontera tiene en cuidados intensivos al sector salud por los ingresos que deja de percibir por concepto de impuestos departamentales.

Según las cifras de la regional de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), siete millones de unidades de cigarrillo entran cada mes a Cúcuta, procedente de Venezuela.

El mercado que estos productos le quitan a los cigarrillos nacionales ocasiona que se deje de percibir en impuestos un monto equivalente para “cubrir los salarios de 500 enfermeras en el departamento”, aseguró Juan Ernesto Parra, director nacional de Fenaltiendas.

Fenalco organizó una reunión con los tenderos de la ciudad para darles a conocer cifras sobre el déficit presupuestal que ocasiona el contrabando y las restricciones, obligaciones y sanciones estipuladas en la Ley de Tabaco.

Para Parra, los contrabandistas están aprovechando “la necesidad de subsistencia de los venezolanos para que introduzcan productos ilegales de fácil acceso a través de los puentes internacionales”.

El director de Fenaltiendas dijo que Cúcuta es una de los tres puntos principales para el contrabando en el país junto con La Guajira e Ipiales.

Por otra parte, desde la Federación advirtieron que vender cigarrillos de contrabando pone en riesgo a los negocios, porque hay una forma de identificarlos y con el Código de Policía pueden recibir multas de hasta 23 salarios mínimos diarios vigentes.

Hasta la fecha, el impuesto del tabaco ronda los 2.100 pesos por transacción y es alto en comparación con otros productos.

Para combatir este flagelo a nivel nacional, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, instaló la Mesa de Alto Nivel Anticontrabando. “Sector público y privado debemos estar articulados para combatir estas prácticas”, señaló el ministro.

Textiles y confecciones, licores, cigarrillos, agroquímicos, combustibles y plásticos, hacen parte de los productos priorizados por la mesa.