Desde que el director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), Juan Daniel Oviedo, dio los resultados preliminares del censo nacional de población, muchas hipótesis surgieron sobre cómo la diferencia de 4,5 millones de habitantes con respecto a la cifra proyectada en 2005 por esta entidad, afectaría la asignación de los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) entre las regiones.

Alcaldes y gobernadores de diferentes regiones han enfatizado el hecho de que las cifras preliminares del censo están por debajo de las que ellos manejan para sus ciudades y departamentos, lo que los puede afectar a la hora de obtener recursos del Estado.

La gobernadora del Valle, Dilian Toro, advirtió que las proyecciones para ese departamento apuntaban a 4,7 millones de personas en 2018, pero los resultados preliminares arrojaron que son 3,9 millones. 

Toro indicó que el desfase afectará la asignación de recursos provenientes del Sistema General de Participaciones (SGP), los cuales se otorgan según el número de habitantes y se usan en asuntos relacionados con salud, educación e infraestructura.

Aunque el alcalde de Cúcuta, César Rojas, indicó que se deben respetar las cifras que da la autoridad encargada de las estadísticas en el país, advirtió que la población flotante no se estimó en el censo y eso altera significativamente la realidad poblacional de la ciudad.

“Estas cifras permitirán que Planeación Municipal actualice los indicadores que sirven de referencia para distribuir el ingreso nacional a través del Sistema General de Participaciones y que Cúcuta reciba lo que le corresponde”, dijo el gobernante local.

Para dar claridad sobre el asunto, La Opinión entrevistó al director de la entidad,  Juan Daniel Oviedo, quien aclaró que el hecho de que seamos menos colombianos de lo que estimaba el reloj del Dane, en 2005, es más una oportunidad que un problema.

Señaló que las cifras preliminares del censo no tendrán un impacto sobre la entrega de los recursos públicos y explicó cuáles variables se tienen en cuenta para las asignaciones sectoriales en el Sistema General de Participaciones.

Según el Departamento Administrativo Nacional De Estadística, el censo trae información precisa de la estructura socioeconómica del país.

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Educación

Para asignar los recursos de este sector se usan los datos de la matrícula educativa que aporta el Ministerio de Educación Nacional y los datos de las Pruebas Saber que maneja el ICFES, entidad adscrita al ministerio.

El Dane brinda el índice de necesidades básicas insatisfechas que toma como fuente la información del censo y que sirve como indicador de equidad para la asignación de recursos, comparando los índices municipales en el contexto nacional.

Salud

Para la asignación de recursos en materia de salud en el régimen subsidiado se usa como fuente la base única de afiliados (BDUA), administrada por el Ministerio de Salud.

En salud pública, los recursos para vacunación y control a vectores utilizan la variable de población del Dane, tomando como referencia la participación de la población por departamento y municipio en el total nacional.

Según Oviedo, esa participación se mantuvo dentro de la estructura de 2005, salvo tres casos particulares que son Valle del Cauca, Chocó y Nariño, en los cuales las cifras preliminares están siendo verificadas por la entidad.

Agua potable y saneamiento básico

Para asegurar los recursos para este servicio se compara la proyección de la población del municipio con el porcentaje de cobertura. “El censo preguntó específicamente por el acceso al servicio público de acueducto y alcantarillado de todas las viviendas”, dijo Oviedo.

Según el funcionario, va a ser beneficioso para los municipios que realmente se tenga una foto de la realidad sobre los servicios de acueducto y alcantarillado, para que se asignen los recursos necesarios y el país pueda cerrar las brechas en esta materia.

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Propósito general

Para la asignación de recursos, el SGP tiene en cuenta dos categorías de municipios: los que están por debajo de los 25.000 habitantes y los que superan este umbral.

A los municipios con menos de 25.000 habitantes les corresponde el 17 % de los recursos, la distribución se hace con dos criterios que son el 60 % por necesidades básicas insatisfechas comparada con el nivel nacional y el 40 % por la población.

El 83 % restante se divide, un 40 % por niveles de pobreza, un 40 % por la población del municipio y 10 % respectivamente para la eficiencia fiscal y administrativa.

Cambios en sectores público y privado

El hecho de que las cifras preliminares del censo hayan identificado que hoy somos menos colombianos que los que estimaba el censo de 2005, puede significar un aumento en el índice per cápita nacional.

Este índice es una medida que busca aproximarse indirectamente al nivel de riqueza que tienen los países, Oviedo explicó que esto quiere decir que si repartiéramos equitativamente la torta que se genera cada año en una economía, sabríamos “el ancho y el tamaño de la tajada que recibiría cada ciudadano”.

“El índice actual revelaría que si viviéramos en un país donde hipotéticamente repartiéramos la tajada por igual en, esta hubiera sido más gruesa de lo normal”,  aunque aclaró que es un ejercicio hipotético.

El director del Dane aclaró que para el índice per cápita se miden los recursos, bienes y servicios que se han generado y cómo han sido consumidos por los habitantes.

“No hacemos promedios de gastos y consumo de la persona, usamos indicadores reales basados en los niveles de producción, en cómo los colombianos consumen y cómo las empresas gastan los recursos que obtienen”, enfatizó.

Para Oviedo, el hecho que seamos menos colombianos de lo que creíamos puede influir en las decisiones del sector público y privado que se toman teniendo en cuenta las tasas de saturación y los porcentajes de cobertura.

“Un ejemplo, es el sector privado donde se usan las tasas de saturación, la industria automotriz va a tener que evaluar el parque automotor para que sea proporcional al volumen de población. Para ellos va bajar en 4,5 millones este promedio porque pensaba que el mercado se saturaba cuando se cumplían las necesidades de 50 millones de personas, pero ahora esa cifra ha bajado”, concluyó.

Según el funcionario los datos del censo ayudarán a que el sector privado tome decisiones sobre su producción desde una perspectiva más rigurosa sobre las necesidades de la población.

“Sabemos que existen hogares más pequeños y las decisiones sobre producción de bienes de consumo final tienen que ajustarse a cubrir raciones para familias más pequeñas no para seis y ocho personas como hace 20 años”, puntualizó.