La economía naranja sigue siendo un término desconocido para muchos colombianos a pesar de que el nuevo presidente Iván Duque, desde que tomó posesión, ha insistido en la importancia de las industrias creativas.

Además, en un país que construye su economía desde los recursos naturales como fuente principal de producción, exportaciones y riqueza, no deja de parecer insólito que una de las apuestas más importantes sea invertirle a actividades como la música, el cine o la moda, con el fin de impactar de manera positiva el capital nacional.

¿De dónde surge?

Alejandro Useche, director del programa de administración de la Universidad del Rosario, explicó que el término economía naranja tiene sus inicios en el 2011 cuando el autor británico John Howkins, tomó como referente el color para referirse a la juventud, la felicidad, la cultura, la innovación y la inspiración, como actividades a las cuales se les puede ‘sacar jugo’.

Useche explicó que, posteriormente, el presidente Iván Duque publicó en 2013 el libro ‘La economía naranja, una oportunidad infinita’, donde se proponen alternativas de aplicación a contextos como el de América Latina.

“Duque ha sido uno de los impulsores de la economía naranja desde su paso por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Allí escribió, junto a Felipe Buitrago Restrepo, este libro donde plantean usar más los cerebros y menos las manos”.

Según el economista, esta alternativa busca una nueva estructura del país donde se promueva todo lo que tiene que ver con la industria creativa, artes, bienes, culturales, juegos, sin dejar a un lado la investigación y el desarrollo.

A pesar de que el término se empezó a emplear hace unos siete años, algunas personas afirman que el movimiento de la economía naranja es algo que se desarrollaba desde la revolución industrial.

“A mi parecer, estos conceptos son desarrollados a partir de la llamada revolución industrial cuando se habla de la sociedad de la información o la generación de valor a partir de actividades intelectuales y no de trabajos físicos”, explica Useche.

Potencial de Colombia

Colombia tiene un gran potencial en el pilar de creatividad, pues siempre ha estado dependiendo de los recursos naturales como fuente principal de producción, de exportaciones y de riqueza.

“Si bien es cierto que el Producto Interno Bruto (PIB) del país tiene un gran componente de servicios, muchos de ellos están orientados a servicios tradicionales como el sector financiero o transporte”.

Por eso plantea que es necesario desarrollar en Colombia toda la industria creativa, las artes, los bienes culturales y servicios diferentes al financiero.

Sin embargo, explicó que esta nueva economía no consiste solo en crear empresas de artes o musicales, sino de pensar especialmente en la investigación y el desarrollo.

“Este es el motor para generar nuevo conocimiento en el país”, dijo Useche.

Dentro de las actividades económicas que son propias de este concepto se encuentran el patrimonio cultural, los espectáculos y celebraciones, las artes visuales y las artesanías, los libros y prensa, audiovisual y medios interactivos, entre otros.

Adicional a esto, el turismo, los deportes, y la recreación se consideran como actividad relacionada.