Los palmicultores de Norte de Santander, que terminaron el 2016 con una reducción en la producción cercana al 40%, empezaron el 2017 con tres ‘buenas nuevas’ para el crecimiento del sector.

La primera de ellas es que después de 12 años de espera, las asociaciones productoras del catatumbo y el Grupo Empresarial Oleoflores lograron culminar la construcción de la planta extractora, un sueño que empezó a gestarse en 2005 pero que por diferentes problemas no había logrado terminarse.

La unidad productora que será autosostenible energéticamente, está terminando las pruebas de funcionamiento y en febrero de este año iniciará su producción, por lo menos así lo aseguró, Willman Arias, representante de Oleoflores en Norte de Santander.

Inicialmente la planta, cuya construcción tuvo un precio aproximado de $60.000 millones, producirá 45 toneladas de fruto de palma por hora, pero la capacidad instalada es de 135 toneladas por hora, siendo la más grande Latinoamérica.

Ahora los 1.300 productores vinculados a este proyecto, ya no tendrán que enviar la palma hasta Codazzi (Cesar) para que el fruto sea procesado. Parmenio Tinoco, palmicultor de la región, indicó que ahora la tarea es seguir trabajando para convertir a la región en transformadora del producto para sus diferentes aplicaciones y dejar de ser solo productores.

Precisamente, Tinoco, que además es directivo de Asopalcat 1, informó que en diciembre de 2016 ellos se convirtieron en la primera de las 18 asociaciones de palmeros del departamento en pagar el crédito por $4.800 millones que el Estado les hizo en 2004  a través del Banco Agrario para fomentar la siembra de la palma. Esto además de representar un alivio para 80 familias que ya no tienen esa deuda, también es un espaldarazo de confianza, afirmó Arias.

Por último, el vocero de Oleoflores celebró que las plantaciones de 164 pequeños productores de la región fueron reconocidas internacionalmente con la certificación de sostenibilidad, después de un proceso de prácticas amigables con el ambiente que empezaron a implementarse hace cinco años, con el apoyo de la embajada de los Países Bajos, Fedepalma y Oleoflores.