Solo el 52% de las personas entre 25 y 64 años tiene algún título educativo (de bachiller a doctor) en Cúcuta y su área metropolitana. Esto quiere decir que no hay una mano de obra calificada, situación que afecta a los índices de competitividad y productividad, y que generan condiciones idóneas para las altas tasas de informalidad y desempleo.

Estos datos y otros más sobre la educación y el empleo fueron revelados por la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos a un grupo de representantes de empresas, universidades, administraciones públicas y diferentes entidades del departamento, reunido en la Universidad Libre.

José María Roldán, coordinador del informe Cómo Vamos en Educación orientada al Empleo (EoE), señaló que Cúcuta tiene un gran reto por delante porque la participación de personas formadas no es tan alta en el mercado laboral.

“De las 13 ciudades analizadas, Cúcuta es la que tiene menor número de personas con un título de formación, de hecho, cerca de la mitad, entre 35 y 64 años, no tiene un título. Eso tiene una gran implicación ahora y en el futuro porque no hay un capital humano preparado para afrontar los desafíos que trae la economía en la actualidad”, explicó Roldán.

Cúcuta tiene el porcentaje más bajo del país en población con formación técnica o tecnológica, en donde solo el 7 % está capacitado en este tipo de educación, mientras que el promedio del país es del 12 %.

“Esto tiene impactos fuertes en la competitividad, el desarrollo industrial y de servicios con valor agregado; nos debe llamar la atención porque está ligado a las altas tasas de informalidad”, indicó el encargado del informe.

La tasa de ocupación de la población con formación técnica y tecnológica en Cúcuta es del 80 %, es alta en comparación con la tasa general de ocupación  general (51 %).

“Tener formación mejora la posibilidad de conseguir trabajo, aunque comparado con el resto del país sigue siendo baja”, manifestó Roldán. Esta cifra es superior en 8,9 puntos porcentuales al promedio para personas con solo título de bachillerato (71 %).

Por otra parte, al buscar empleo, el 44 % de los cucuteños usa mecanismos formales como agencias de empleo, convocatorias o el Sena.

“Después de Cartagena y Pereira, Cúcuta es la ciudad en donde más se busca empleo de manera formal, aunque el otro 56 % aún utiliza mecanismos informales”, explicó Roldán.

Las personas con formación técnica o tecnológica en trabajos formales e informales están recibiendo en promedio 1,3 salarios mínimos legales vigentes ($1.076.550), solo Santa Marta y Quibdó tienen un promedio similar.

En el resto del país el promedio es de 1,5 salarios y en ciudades como Medellín y Cali es de 1,7 salarios, según datos del Observatorio Laboral del Ministerio de Educación.

Roldán señaló que una de la razones para explicar la baja tasa de ocupación de Cúcuta es que las mujeres “participan poco del mercado de trabajo, la tasa es del 50 %, eso quiere decir que una de cada dos mujeres en edad de trabajar no lo hace ni está buscando empleo”. 

La situación de la empleabilidad femenina en la ciudad es parecida a las de las capitales de la costa Atlántica, en donde estos índices también son bajos.

Alarmante desempleo juvenil

Entre los jóvenes de 20 a 34 años, la tasa de desempleo en Cúcuta es del 20 %, lo que equivale a que uno de cada cinco personas dentro de ese rango de edad está sin trabajo.

“La tasa de desempleo de la ciudad ya es alta (16 %), pero la de jóvenes llega a niveles insostenibles solo comparables con Quibdó. Las implicaciones sociales que esto tiene pueden generar problemas de pandillaje o drogadicción”, indicó Roldán.

El promedio nacional de desempleo juvenil es del 14 % y ciudades como Barranquilla, Pereira y Bucaramanga tienen tasas cercanas al 10 %.

Por otra parte, en América Latina se conoce como ninis a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, cuya población va desde los 18 hasta los 24 años.

La cifra estimada hace un par de años por el Banco Mundial llegó a los 21 millones de ninis.

Según el estudio de la red, 26 de cada 100 jóvenes menores de 24 años ni estudia ni trabaja.

Esto quiere decir que uno de cada cuatro jóvenes cucuteños ni estudia ni trabaja y el 65 % de ellos son mujeres.

Críticas a los centros de formación en empleo

En la reunión, los representantes del sector empresarial y de la academia criticaron el papel que desempeñan los centros de formación en empleo en la ciudad.

Según los resultados del informe, el porcentaje de utilidad de estos cursos en Cúcuta es bajo, solo comparable con Quibdó.

Solo el 60 % de la gente en Cúcuta manifestó que se sentía a gusto con el curso y que le había permitido mejorar su productividad laboral.

Sobre el tema, la secretaria de Educación de Cúcuta, Doris Angarita, señaló que la administración municipal hace control y vigilancia a estos centros educativos.

“Hemos cerrado muchos este año, les hacemos auditorias y no tienen el lleno de requisito que se les exige para ejercer tal actividad”, explicó la funcionaria.

Roldán, por otra parte, resaltó que la educación debe ser un pilar para combatir la alta tasa de informalidad de Cúcuta.

“Para las personas formadas este indicador es la mitad del promedio de la ciudad, sin embargo, más allá de la formación debe haber un tejido productivo pujante que pueda generar empleos de calidad”.

Como resultado del encuentro, la Universidad Libre, sede Cúcuta, en cabeza de su rectora Débora Guerra, tendrá una reunión con representantes del Comisión Regional de Competitividad, la Cámara de Comercio de Cúcuta y otros gremios de la ciudad.

En el encuentro pactado, el objetivo será diseñar estrategias para incluir en la educación a los jóvenes que han desertado o a los ninis que no hacen parte de ninguna institución educativa. Por otra parte, también construirán un plan para que las empresas empleen más jóvenes con estudios técnicos o tecnológicos.