La situación de sequía que afronta el país por cuenta del fenómeno de ‘El Niño’ y que tiene los embalses en niveles históricamente bajos, ha obligado al Gobierno y a las empresas prestadoras del servicio de energía a tomar medidas para bajar la demanda por parte de los usuarios con el fin de evitar a toda costa un racionamiento.

La reducción del 50% de la lluvia que normalmente cae en Colombia en esta época del año, sumada al bajo nivel de los ríos por el intenso verano, ha hecho que los embalses estén al 40% de su capacidad.

Por este panorama y ante la inminente necesidad de acumular agua, se ha reducido la generación hidráulica en el país y se ha puesto en funcionamiento la generación térmica, pero la limitada oferta de gas y los altos costos de los combustibles líquidos  han golpeado la estructura financiera de muchas de las generadoras, que ya no están soportando la producción de energía con los recursos del cargo por confiabilidad que les paga todo el sistema.

Para enfrentar esta situación, el Gobierno decidió que las centrales termoeléctricas y los usuarios asuman parte de la pérdida y aumentó el precio de las tarifas de energía 7 pesos por kilovatio/hora mes, durante 36 meses. Así las cosas, los consumidores terminarán cubriendo cerca de 1 billón de pesos de estas pérdidas, todo para evitar que haya racionamiento.

Norte de Santander, uno de los departamentos más afectados por ‘El Niño’, no es ajeno a esta situación. “La gente debe tomar conciencia del momento que estamos viviendo. La única manera de que los usuarios no se vean impactados con más aumento de tarifas es ahorrando energía para bajar la demanda”, asegura Alberto Rangel Becerra, gerente de Centrales Eléctricas de Norte de Santander (Cens-EPM).

En ese sentido, ya se tomaron las primeras medidas en cuanto al alumbrado Navideño que se instalará en la ciudad: de lunes a viernes las tradicionales luces solo se encenderá 4 horas (de 7 a 11 p.m) y los fines de semana ese horario se extenderá una hora más, es decir, hasta las 12.

En Medellín, EPM tomó la misma decisión y limitará el horario en que las luces navideñas permanecerán encendidas, como un mecanismo de ahorro de energía.

Según Rangel, Centrales Eléctricas tiene contratos de energía de largo plazo para garantizar el suministro a los usuarios regulados así: 2015 el 90%, 2016 el 85%, y 2017 y 2018 el 70% aproximadamente. Sin embargo, ante el aumento del precio del kilovatio y ante el aumento del consumo por las altas temperaturas, la electrificadora podría verse obligada a pagar el 10% restante al elevado valor que tiene hoy el kilovatio en la bolsa, lo que puede redundar en un traslado de costo para los usuarios, es decir, que tengan que pagar más es su factura.

“Esto hay que evitarlo a toda costa y por eso hacemos un llamado a los usuarios para que ahorren energía, especialmente en estos momentos en los que se anunció que ‘El Niño’ podría extenderse hasta junio de 2016”, dijo.

¿Qué es el cargo por confiabilidad?

Después del apagón de principios de la década de los 90 y durante más de veinte años, el país logró diversificar las fuentes de generación de energía para poder garantizar el suministro de energía eléctrica sin registrar racionamientos.

Luego del apagón más recordado del país, el sistema logró consolidarse como uno de los más confiables y competitivos del mundo. Según el Consejo Mundial de Energía, Colombia se ubica en el puesto 16 entre 168 países en el planeta.

En 2008, el sector eléctrico inició un proceso de subastas para el desarrollo de nuevos proyectos de generación. La idea era pasar de tener no solo la capacidad instalada sino la posibilidad de contar en los momentos más difíciles para la generación –como el fenómeno de ‘El Niño’– con la energía en firme disponible.

Así apareció el concepto de las subastas de cargo por confiabilidad. Se trata de un seguro que compraron los usuarios (la demanda) para que las generadoras tuvieran energía en firme disponible en los momentos de mayor presión para el sistema. El cargo de escasez, por su parte, es el tope máximo establecido que podría pagar la demanda. Lo que esté por encima de él lo deben asumir los generadores.

La polémica que se ha generado en este momento en torno al cargo por confiabilidades que se trata de recursos que han venido pagando los usuarios por años para soportar las pérdidas de la operación de las centrales termoeléctricas en los periodos en los que estas no se utilizan, y a su vez para tener una especie de colchón en momentos como el actual, en el que se requiera una alta inversión por parte de estas para la generación de energía.

Sin embargo, los recursos recaudados por este concepto y estimados en 14 billones de pesos no han sido suficientes y ahora serán el gobierno, los usuarios y los generadores quienes tendrán que asumir el diferencial generado por el aumento del precio del kilovatio.

Por estos hechos, la Contraloría General ya anunció una investigación para revisar la destinación de esos dineros, recaudados a través de las facturas de electricidad.

La Opinión.