Con más de una sorpresa para lograr la meta del Gobierno de recaudar cerca de diez billones de pesos anuales y con un ambiente adverso en el Congreso de la República, fue presentado oficialmente el proyecto de reforma tributaria estructural.

Si bien a juicio de los expertos se trata de un avance en materia de reorganización del estatuto tributario, consideran que esta reforma no es estructural, porque lo que hace es corregir las fallas que dejó la de 2014, cuando se incrementaron los impuestos a las empresas.

Además, sostiene que esta reforma fue presentada en un momento inoportuno, pues el momento político se concentra en los acuerdos de paz tras el fracaso del plebiscito con el que se pretendían refrendar las negociaciones de paz.

De hecho, los analistas recuerdan que la comisión de expertos que integró el Ejecutivo para presentar recomendaciones, entregó su estudio en diciembre pasado, y apenas diez meses después se presentó el articulado al Congreso.

Los siguientes son los principales alcances del proyecto de reforma tributaria estructural que radicó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, el pasado jueves ante la Secretaría General del Senado.  

IVA

El IVA aumenta la base 16 % al 19 %, y crea otros tributos, así: 5% para publicaciones periódicas (periódicos y revistas);  5 % a plataformas digitales como Netflix; 4 % a los planes de datos de la telefonía celular.

- Establece un nuevo impuesto de 300 pesos por litro a las bebidas azucaradas.

- Sube el impuesto al consumo de tabaco, al subirlo de 700 pesos por cajetilla de 20 unidades a 2100 pesos en 2017, y a la inflación causada + 4 % a partir de 2018

- Crea nuevos impuestos para beneficio del medio ambiente: 300 pesos por galón de combustible fósil.

- Descarta el aumento del IVA para: carne, pollo, leche, queso, huevos, ganado, pescado, cerdos, cuadernos y libros, animales vivos, abonos, salud, medicamentos, educación, transporte, carbón, petróleo, aguas minerales, Internet fijo para estratos 1 y 2, computadores de menos de un millón, tabletas y celulares de menos de 650 mil.

El economista Aurelio Suárez hace la siguiente lectura de este punto: “La canasta básica la componen 450 artículos, de ellos más de la mitad ya tenían IVA del 5 %, como alimentos procesados, café, maíz, arroz, etc. Los otros se ven afectados al pasar del 16 % al 19 %. Pero el Gobierno se ufana de no poner IVA al Internet para estratos bajos, pero sí lo sube para el plan de datos. Es un despropósito una reforma que en un año trata de sacarles 10 billones de pesos a los colombianos”, afirma.

Por su parte, el ex ministro de hacienda Juan Camilo Restrepo, agrega: “Esta reforma tiene cosas buenas para controlar la evasión, pero crea nuevos impuestos que siempre son molestos pero necesarios. El país tiene un problema monumental de salud, por eso el impuesto a las bebidas azucaradas y al tabaco son necesarios”.

Evasión

La reforma establece penas de cuatro a nueve años de prisión por evasión de impuestos o no declaración de patrimonios superiores a los 5000 mil millones de pesos, además del pago del 20 % del valor omitido.

- Crea mecanismos antievasión para entidades sin ánimo de lucro como cooperativas, asociaciones, fundaciones, corporaciones, ONG, cultos religiosos, etc.

- Reduce el monto del uso de efectivo a 2 millones de pesos para que sea deducible de impuesto ni mayor al 50 % del pago total de gastos.

“El corazón de esta reforma es el control a la evasión, y el ‘paganini’ van a ser los estratos 4, 5 y 6 que se verán afectados por el aumento del IVA, la reducción de la tasa de renta y los nuevos impuestos al tabaco, a las bebidas azucaradas, al medio ambiente y a los dividendos. Esos solo los pagan los estratos medio y alto”, considera el rector de la Universidad del Rosario, José Manuel Restrepo.

A su turno, el presidente de los comerciantes, Guillermo Botero, afirma: “Me gustaría ver que ese texto (el de cárcel por evasión) se apruebe. Yo tengo un pesimismo inmenso de que ese artículo tenga algún futuro”.

Renta

El proyecto reorganiza el pago del impuesto a la Renta, así:

- Unifica en 32 % a partir de 2017, que hoy está en 43 %, pero elimina la renta actual de las empresas y la sobretasa.

- Crea estímulos tributarios transitorios para zonas de orden público, donde las empresas pagarán una renta gradual a partir del 25 % a partir de 2018.

- Renta personas naturales: Baja la base de renta de 3,5 billones a 2,7 millones de pesos, aumentando en 450 mil los contribuyentes.

- Establece el impuesto a los dividendos de 5 % hasta 17,9 millones de pesos, y de 10 % para montos superiores a 29,7 millones.

- Crea el monotributo para los pequeños tenderos que tengan ingresos entre 42 millones y 104 millones de pesos, quienes pagarán entre 40 mil y 80 mil pesos mensuales, tributo que reemplaza el impuesto de renta a cambio de

recibir beneficios como los BEEP y algunas ayudas de las Cajas de Compensación Familiar.

“Esta reforma reduce los impuestos a las empresas y los reúne todos en un impuesto a los dividendos. A mi juicio no es una reforma estructural porque es inequitativa y regresiva: los que tienen más pagan menos y al revés, porque eleva recaudo por el IVA afectando a las clases bajas y medias, y baja impuesto a las empresas con el beneficio adicional de que apenas van a pagar un impuesto a las ganancias. Esto, en el fondo, es bajar aún más el salario real de la gente que gana menos”, sostiene el ex ministro de Hacienda Eduardo Sarmiento Palacios.  

Fortalece a la Dian

El proyecto establece que para dar cumplimiento al tema de la evasión, especialmente, es necesario fortalecer a la DIAN. Su Director, Santiago Rojas, dice que la entidad necesita “fortalecer su sistema de meritocracia interna, aumentar el número de inspectores, mejorar la plataforma de informática, tener un control más efectivo, fortalecer la facturación electrónica y mejorar la gestión de cobro”.

Esa gestión, dice el funcionario, tendrá especial vigilancia en el pago del monotributo y las entidades sin ánimo de lucro.