El palmar El Borrego fue premiado en el pasado Congreso Nacional de Palmicultores por su proceso de innovación. Eu gerente del palmar, Francisco Barreto Solano, participó en un conversatorio sobre casos de éxito en empresas innovadoras en el sector. 

Barreto tiene 50 años de experiencia en ese sector y afirma que gracias al difícil ecosistema de los Llanos Orientales se han podido encontrar diferentes salidas innovadoras en aras de buscar mejor productividad y revitalizar la palma en la región. 

“El riego en el verano nos ha permitido definir ciclos productivos, mientras que el drenaje en el invierno nos ha ayudado a prevenir enfermedades. Además, en la preparación de suelos, los análisis físicos y químicos identifican las debilidades y fortalezas del predio”, explica Barreto. 

En ese sentido, el ingeniero manifestó que los practicantes han llevado muy buenas estrategias para mejorar los cultivos, combatir la Pudrición del Cogollo (PC), no traer palmas híbridas, que entre cosas es una de las apuestas más importantes de este palmar para evitar la llegada de cultivos extranjeros, como fue el caso de Tumaco que ante la PC no tuvo otra alternativa que cultivar palmas híbridas. 

Por otro lado, Jens Mesa Dishington, presidente de Fedepalma, afirmó que gracias a la creación de Cenipalma se han llevado a cabo procesos que se traducen en beneficios para el sector, como el mejoramiento del biodiésel, que ha permitido reducir la emisión de gas de efecto invernadero. 

Así mismo, Mesa Dishington dice que Colombia debería aprovechar al máximo el etanol de caña y el biodiésel de palma, pues al no ser un país netamente petrolero, el uso de estos permitiría revitalizar la economía colombiana. 

“En la medida en que las áreas sembradas maduren y consoliden su productividad, Colombia se acerca a tener alrededor de dos millones de toneladas anuales de aceite de palma, estimamos que en cuatro o cinco años. Esto nos obliga a pensar sobre dónde colocar este tipo de producción y necesariamente debemos ver que no solo en los mercados y usos actuales se podrá poner esa producción”, dijo Mesa Dishington. 

Estímulos a la innovación

Una de las cuestiones que llevarían no solo al sector palmero, sino a otros sectores, son los estímulos económicos a los productores. Uno de los encargados de premiar la innovación es Bancóldex, pues en este mismo Congreso, su presidente, Luis Fernando Castro, anunció el plan de impulsar a los productores que presenten proyectos diferentes. 

Para esto, Bancóldex se dio a la tarea de estudiar dos plantas para conocer las particularidades del sector palmero y además entender la prefactibilidad financiera del campesino. 

“Queremos premiar el crecimiento extraordinario; si el empresario nos demuestra que creció por encima de su sector le reembolsaremos una tasa de interés de tres puntos, que es algo muy novedoso en el tema de financiación, es algo que no existía en Colombia”, puntualizó. 

La paz y la palma van de la mano

Otra de las constantes en la agroindustria palmicultora es la relación con la paz, pues las zonas de cultivos se encuentran en regiones que han sido golpeadas muy fuertemente por la guerra, como el Catatumbo, el Magdalena Medio y Tumaco. 

Además, la palma se ha constituido como una de las siembras para reemplazar a los cultivos ilícitos precisamente en esas zonas, así mismo, ha traído oportunidades para zonas como Mapiripán y el Sur de Bolívar, víctimas de masacres perpetradas por paramilitares, luego olvidadas y hoy en día con una nueva mirada para llevar energía y empleo a estas zonas históricamente ignoradas. 

A eso se le suma, una duda planteada por Jens Mesa, quien dice que es necesario ponerle voluntad política a programas como el de biodiésel, pues será necesario, en miras hacia el posconflicto, generar empleos en zonas rurales. 

*Bogotá |Colprensa