Por estos días la afición ciclística mundial centra sus miradas en una de las tres principales competencias del calendario Internacional: el Giro de Italia 2014.

Allí están presentes trece escarabajos colombianos que buscan quedar inmortalizados en la prestigiosa carrera de la bota itálica, como ya lo hizo el año pasado el antioqueño Rigoberto Urán que corriendo para la escuadra (Sky) obtuvo el subtítulo.

En esta temporada, Urán es el capo del Omega Pharma en la competencia, y favorito a conquistar el Giro.

Además del paisa, también hace su presencia el flamante subcampeón del Tour de Francia 2013, el boyacense Nairo Quintana, con el Movistar Team, otro de los candidatos a llevarse el trofeo de espiral.

Mientras el mundo se deleita con los pedalazos de los escarabajos, muchos no recuerdan y otros tantos no saben, que el artífice de que el ciclismo colombiano tenga un grupo de embajadores pedaleando por los valles y montañas de Europa, se llama Martín Emilio Rodríguez, más conocido como ‘Cochise’.

Apodo que tomó del jefe apache ‘Cochise’, cuenta Martín Emilio, en charla telefónica con La Opinión.  

A la fuerza, hace 41 años,  ‘Cochise’ llegó a Italia -dice él- a correr  con el equipo Bianchi Campagnolo, que dirigía en ese entonces el técnico Claudio Costa.

En su primera participación, en 1973, ‘Cochise’ ganó la etapa 15, entre Firenze y Forte Dei Marni, convirtiéndose en el tercer logro apoteósico para el ciclismo colombiano.

El primero correspondió al récord mundial de la hora aficionada, en octubre de 1970, con un registro de  47.566,24 kilómetros y el otro fue el título mundial en los 4.000 metros persecución individual  en 1971, en Varesse (Italia).

En 1975, volvería a subir al podio en el Giro, al imponerse en la etapa 19, corrida entre  Baselga di Pine y Pordenone.

Aunque los logros alcanzados le daban el merecimiento para estar en la elite del ciclismo mundial, ‘Cochise’ relata: “Fui a la fuerza porque un periodista barranquillero me declaró ciclista profesional en una entrevista que me hizo en México. Después mandó fotos a la UCI (Unión Ciclística Internacional) y me tuve que ir para Italia y estando allí me recibieron en la Bianchi por intermedio del entrenador Claudio Costa”.

El antioqueño, de 72 años, quien se recupera de un accidente sufrido hace mes y medio y que debió ser intervenido quirúrgicamente, recordó  que “en Italia me fue bien. Estuve tres años. No solo gané etapas sino  que, además, logré el Gran Premio Ciudad de Camaiore y el trofeo Baracchi junto a Felice Gimondi, en 1973 (etapa contrarreloj por parejas), que se corrió hasta 1991.

Pero lo más importante para ‘Cochise’, “fue que les abrí la puerta a los ciclistas colombianos para que corrieran en Europa”.

Muestra de ello es la gran cantidad de pedalistas que han competido en la mítica carrera en la década de los 80 y 90.

Uno de esos embajadores ha sido el nortesantandereano Álvaro Lozano Moncada.

Para 1975, ‘Cochise’ se regresó a Colombia a descansar unos días, pero por pedido de su esposa que no se amañó en Italia, decidió quedarse  y terminar su carrera en carreteras colombianas.

El ciclismo de  antes o el de ahora

Con la apertura de ‘cochise’ Colombia se abrió camino y en los 80 y 90 vivió su mejor momento con Alfonso Flórez Ortiz, campeón del Tour del Porvenir 1979,  Martín Ramírez, en 1985, Luis Herrera, campeón de la Vuelta a España, en 1987, Fabio Parra, tercero en el Tour de Francia 1988 y subcampeón de la Vuelta a España, en 1989. Después llegaron las gestas en la montaña donde los escarabajos resultaron indomables.

Tuvieron que pasar 21 años hasta 2013, para que Colombia volviera a ser protagonista en tierras italianas

Ahora, Quintana y Urán, la nueva generación del ciclismo del siglo XXI, quiere rememorar las gestas de sus antecesores.

Sobre esa evolución que ha tenido el ciclismo colombiano y que ha podido apreciar, el legendario ‘Cochise’ manifesta: “lo mío fue diferente”, refiriéndose a que ahora al ciclista colombiano lo respetan más.

“Digo diferente a los que están, porque son líderes de equipo como Rigoberto Urán (Omega Pharma) y Nairo Quintana (Movistar), en ese aspecto es diferente”, aseveró.

Y agregó: “en mi caso fui como gregario o peón.     Siempre trabajé para Felice Gimondi y no tuve oportunidad de ser líder, porque tenía que controlar las fugas (de otros corredores). De pronto se me dieron algunas oportunidades para ganar etapas, pero nunca  como capo de escuadra”, recordó el excampeón del mundo.

Corrió al lado de los ciclistas más importantes del momento, como Felice Gimondi y Eddy Merckx, a quien consideró como el mejor ciclista de todos los tiempos.

Admitió que las carreteras siempre han sido las mismas y las condiciones meteorológicas igualmente.

“Europa tiene las cuatro estaciones, le toca a uno afrontar lluvia, frío, nieve, calor, pero es una carrera dura y extenuante”.

Martín Emilio rememoró que si en esa época de transición del ciclismo esos pequeños logros fueron grandes hazañas, ahora “estos muchachos, Urán Quintana, Henao y Betancur tienen la oportunidad de lograr ganar un Tour de Francia, un Giro de Italia o Vuelta a España, porque han mostrado capacidad y tenemos con que ganarlas. Por eso, hay que aprovechar este momento”.