¿Existe en Colombia un relevo generacional de ciclistas que puedan escalar alto como lo vienen haciendo Rigoberto Urán, Nairo Quintana y Esteban Chaves?

Jenaro Leguízamo, entrenador deportivo, quien ha trabajado temas psicológicos, fisiológicos, de técnica y biomecánica con algunos de estos corredores, asegura que la camada de talentos que viene en camino permite soñar en grande.

Se atreve a decir que Egan Bernal, nacido hace 20 años en Zipaquirá y contratado por el Sky para 2018 (ver recuadro), superará a Quintana, considerado el mejor ciclista en la historia nacional, como lo demuestran sus conquistas y lo recalcan expedalistas de renombre, entre ellos Santiago Botero y Mauricio Soler.

“Si continúa por buen camino, con disciplina, Egan no ganará un título del Tour de Francia, sino dos, tres y más, y se impondrá en Giro y Vuelta a España”, resalta Leguízamo al describir las características del cundinamarqués, quien tendrá de compañeros al inglés Chris Froome, cuatro veces campeón del Tour, y a los antioqueños Sergio Luis y Sebastián Henao.

¿Por qué Jenaro habla con tanta seguridad sobre Bernal? “Porque no solo tiene mentalidad y visión; sus valores físicos son impresionantes. Posee un nivel de oxígeno altísimo, cerca al de Nairo; va bien en el ascenso, plano y contrarreloj. Y así como Egan, hay otros con gran potencial”.

Lo mediático de los logros que han obtenido en los últimos cinco años los corredores nacionales, con 11 podios en las tres carreras grandes del pedal -Tour, Giro y Vuelta a España- en ocasiones ha impedido que el país se entere de que hay otras promesas que, con buenos resultados, empiezan a ilusionar con mayores gestas.

“Es una bendición cuando los ciclistas que compiten en Europa consiguen hazañas. Esto es un plus motivador para quienes vienen atrás. Como han entrenado con ellos, en idéntico terreno, la misma bicicleta y comen igual, expresan que también pueden llegar lejos. Solo es cuestión de que se les abra las puertas en el exterior”, dice Jaime Rivera, asistente técnico del equipo Aguardiente Antioqueño, quien agrega que el trabajo de base, en las escuelas y clubes deportivos, y el apoyo estatal y de la empresa privada han sido fundamentales en los procesos de formación de los deportistas.

La expectativa crece

Éder Garcés, vocero de Fedeciclismo, quien en cada prueba del calendario nacional y otras del exterior ha compartido con las nuevas “joyas del pedal”, se emociona cuando enumera los corredores que empiezan a brillar: “Hay muchos nombres, entre ellos Iván Sosa, Jhojan García, Éiner Rubio, Adrián Camilo Bustamante, Ignacio Montoya, Julián Cardona, Juan Fernando Calle, Víctor Ocampo, Yeison Casallas, Daniel Méndez, Roosbelth Rojas y Cristian Camilo Muñoz. Y la lista continúa”.

Jorge Ovidio González, presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, se llena de orgullo al ver el crecimiento y la dimensión de esta modalidad en la que el país es, en la actualidad, segundo en el ranquin UCI, al totalizar 11.802 puntos, por debajo de Bélgica -14.554- y por encima de España -11.684-.

“Dentro de tres o cuatro años los colombianos se disputarán una de las tres vueltas. Hay corredores que vienen muy fuertes y, sumado a la madurez de Nairo, nuestro país tendrá con qué hacer la diferencia”, sostiene González.

Se requiere compromiso

Gabriel Jaime Vélez, orientador del Inder Medellín, y quien aportó su grano de arena en la formación de figuras de la talla de Urán, Carlos Betancur, Julián Arredondo y Jánier Acevedo, cuando los tuvo en el Programa de Desarrollo de Ciclismo en 2005, en el municipio de Jardín, manifiesta que en Antioquia y diferentes regiones del país siempre hay jóvenes “con cualidades asombrosas”, pero no se compromete a asegurar que próximamente surgirá un nuevo Rigoberto Urán. “Aunque la calidad existe, hay personas que no aprovechan su talento”, sostiene Vélez.

También comenta que en el país se presenta un problema y es que el ciclista no se compromete de lleno con su disciplina, pues se deja distraer por el ambiente social.

“Por eso no me atrevo a decir quién progresará. Por condiciones los hay, pero no se sabe si el trago, el baile u otras cosas los frenarán. Ahí es cuando uno se equivoca”.

Santiago Botero, campeón mundial de contrarreloj en Bélgica-2002, entre otros logros, manifiesta que el talento de los corredores criollos es tan apetecido que los entrenadores internacionales cada vez más ponen la mirada en Colombia.

Asegura que lo han llamado para que les recomiende ciclistas, entre ellos los directores Mario Aerts -Lotto Soudal- y Matt White -Orica-. “Lo primero que me dicen es: consígame otro Rigo”.

Y es que, según Botero, Urán ha sembrado una buena imagen del ciclismo nacional en el exterior: “Combina todas las cosas buenas. Es hábil, astuto, se adapta fácil a diferentes situaciones, es buen compañero, un gran corredor en el ascenso, descenso y en las crono. Gracias a él y a otros, las puertas se les empiezan a abrir a muchos jóvenes”.

En equipos Pro Tour -máxima categoría del ciclismo-, Colombia cuenta con 13 representantes: Urán (Cannondale), Chaves (Orica); Nairo, su hermano Dáyer, Betancur y Winner Anacona (Movistar); Sergio y Sebastián Henao (Sky); Miguel López (Astana), Jhonatan Restrepo (Katusha), Járlinson Pantano (Trek), Darwin Atapuma (UAE) y Fernando Gaviria (Quick).

Y detrás de ellos, un puñado de muchachos que vienen pidiendo pista para figurar. Cinco de ellos (ver recuadros), ya imponen respeto en el mundo.