Los XVIII Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017 inician este sábado, 11 de noviembre, con la presencia de más de cuatro mil atletas de 11 países y la idea de la delegación colombiana es retener el título que alcanzó por primera vez hace cuatro años en Perú, con la proyección de nuevos talentos deportivos para el Ciclo Olímpico Tokio-2020.

El presidente del Comité Olímpico Colombiano, Baltazar Medina, habló sobre las expectativas deportivas de la Misión Colombia en Santa Marta y sobre el proceso de cuatro años que vivió la capital del Magdalena para conseguir el sueño de tener los Juegos Bolivarianos.

¿Cuáles son las expectativas de la delegación colombiana en los Juegos Bolivarianos?

Las dos grandes expectativas son muy claras, la primera es ser campeones y la segunda es tener elementos de análisis en el área técnica más precisos con miras a la proyección de atletas para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.

¿Cómo está esa proyección en el cambio generacional de los deportistas colombianos?

Afortunadamente el deporte colombiano ya cuenta con unos procesos de base sólidos, bien estructurados, en los que indudablemente la gran expectativa es que surja el relevo generacional y para eso son estos Juegos Bolivarianos, para empezar a darle roce internacional a las nuevas figuras y así conocer con más precisión hasta dónde las podemos proyectar en el Ciclo Olímpico.

Lea además Colombia domina en tiro en los Bolivarianos

¿Qué tan importante es ser anfitriones en el inicio del Ciclo Olímpico?

Es demasiado importante por todo lo que representa el apoyo de la afición, pero también constituye un gran peso psicológico como quiera que ya jugando de local, hay disculpas o excusas frente a cualquier resultado adverso son menores y menos convincentes.

¿Cómo llega el Equipo Colombia para afrontar unos Juegos que cierran la temporada deportiva?

Todo eso es lo que han tenido en cuenta los metodólogos, que el plan de preparación frente a las competencias de cada deporte a nivel internacional no se constituyeran en una carga que fuera a generar desgaste para el buen desempeño de los Juegos Bolivarianos, por eso creo que la mayoría de ellos llegan en su mejor nivel y esperar a competir para bajar cargas, pensando en el receso de fin de año.

¿Cómo espera el mano a mano contra Venezuela, que hace cuatro años sólo tuvo cinco medallas de oro de diferencia?

Siempre será muy parejo, en eso no nos podemos equivocar, porque somos los dos países que tenemos la supremacía en el desarrollo deportivo dentro de los países bolivarianos y eso siempre será igual.

¿Ser anfitriones da un valor agregado en la idea que tienen de consolidar a Colombia como potencia deportiva continental?

Es un objetivo y una meta que está dentro del plan de desarrollo y nosotros le tenemos que apuntar siempre en todos los eventos en los que participamos, por consiguiente estos Juegos no serán la excepción, sino una oportunidad para demostrar que sí vamos avanzando con pasos firmes al logro de esa meta o si ya la hemos logrado como muchos consideran, a consolidación.

Antes de iniciar los Juegos, ¿hay satisfacción por cómo está todo para defender el título general?

Digamos que tranquilo. Estuviera satisfecho si todo estuviera a pedir de bocas, ciento por ciento, pero desafortunadamente el tiempo fue nuestro mayor inconveniente, pero estoy tranquilo de que con la comprensión y colaboración de todos para superar los inconvenientes que tengamos y las deficiencias que hayan en la parte terminal de los escenarios deportivos, vamos a hacer unos buenos Juegos.

¿Cuál es el sentimiento al estar tan cerca de inaugurar los Juegos?

Vienen a mi memoria muchos momentos de todo este recorrido, no fácil, no sencillo, de 4 años, desde que un quijote, como lo llamo yo: Carlos Eduardo Caicedo se arriesgó a pedir para una ciudad, que apenas estaba saliendo de la ley 550, la sede de los Juegos Bolivarianos, consciente de que su ciudad necesitaba un megaevento como este, para saldar con su comunidad una deuda social como era la carencia de una infraestructura deportiva digna, para una ciudad que históricamente le ha dado grandes deportistas al país.

¿Cómo explicar la necesidad de hacer grandes inversiones en escenarios deportivos?

Porque el deporte es un importante medio de integración social, que es una correcta alternativa para el uso del tiempo libre, que genera bienestar que genera salud, que constituye hábitos de vida sana, pero que adicionalmente construye nacionalismo, construye país y sobre todo identidad nacional.

Le puede interesar Jossimar Calvo y el equipo de gimnasia dan los dos primeros oros a Colombia

Usted ha reiterado que cuando las cosas cuestan, se disfrutan más, ¿fueron muchas las dificultades para tener estos Juegos Bolivarianos en Santa Marta?

No fueron pocas las dificultades que hubo que superar hasta ese momento, desde que en Trujillo en el 2013 el comité ejecutivo de la Odebo decidió avalar la propuesta de Santa Marta. Primero nos encontramos con un escenario único en el país, a pesar de la existencia de una ley desde 1995 que ordenaba que todas las infraestructuras deportivas eran propiedad de los municipios, la gobernación no le habían hecho entrega al Distrito de Santa Marta de los escenarios deportivos, por consiguiente y en términos legales, el distrito no podía invertir un solo peso en la remodelación de una infraestructura que no le pertenecía, ese proceso no fue fácil.

Después le entregaron unos escenarios a la alcaldía en el estados que todos conocemos y sabemos cómo estaban, pero con unos reclamos de derechos de posesión, que le tocó al alcalde Caicedo resolver, para iniciar las obras. Y luego vino lo peor, desafortunadamente en el Estado a veces hay desidia y nos encontramos con la desidia del ente rector del deporte estatal en Colombia para darle viabilización a los proyectos desde el afán que tenía la Alcaldía de Santa Marta para desarrollar este hermoso Parque Bolivariano que finalmente se está viendo hoy por hoy.

¿Cómo llegan a solucionar los problemas para avanzar en las obras y tener hoy los Juegos Bolivarianos?

Fue gracias a una persona que llega en un momento a darle el destrabe que necesitaba esta organización, la doctora Clara Luz Roldan y el compromiso del alcalde Martínez de sacar adelante estos juegos y así Santa Marta no sólo va a tener el récord de haber entregado unos escenarios deportivos, en unos tiempos que los expertos en este tipo de obras se resisten a creer, sino que también tiene récord de haber vencido la incredulidad.

¿Esa incredulidad se dio por lo que vivieron Ibagué y Quibdó en los pasados Juegos Nacionales?

Acá nos pasaban dos cosas: había quienes creían que los juegos no se iban a hacer, pero yo no quiero culpar solo a eso a Santa Marta, porque a veces la falta de solidaridad por parte de los seres humanos llega a niveles extremos, pues hubo ciudades que dijeron ‘si Santa Marta no puede ser sede de los Juegos, nosotros lo hacemos’.

Eso no es solidaridad y venciendo a los incrédulos y a quienes se aferran a lo negativo, que le apostaban por al desastre de Ibagué, que Santa Marta iba a ser una versión moderna y ampliada de los Juegos Nacionales de Ibagué. Hoy para satisfacción de todos los quijotes que ha tenido este proyecto, los samarios le están cumpliendo a la Odebo, a 4200 atletas que vienen a buscar su sueño deportivo en la ciudad, pero lo más importante, estamos dando alegría y satisfacción a muchos jóvenes que son nuestro gran desafío, para ver cómo esta capitalizamos ese interés que se va creando en todos ellos por el deporte de su ciudad.

Ya con los escenarios y el cumplimiento de las expectativas, ¿qué hacer para que no sean escenarios que se pierdan en el abandono?

Esa es una de las preocupaciones de estos mega eventos deportivos, pero esa no es responsabilidad del alcalde, esa responsabilidad es de la comunidad deportiva, que está encabezada por los líderes deportivos, por los dirigentes, por los presidentes de los clubes, de las ligas, de todas las personas que pueden tener interés en el deporte.

A diferencia de los ‘Mejores Juegos Nacionales de la Historia del 2015’, estos sí son los ‘Mejores Juegos Bolivarianos de la Historia’?
A mi esa frase no me gusta, porque es como no reconocer el esfuerzo que han hecho los anteriores, pero visto de buena forma, es una manera de propiciar el crecimiento, que siempre se quiera superar la historia, una historia se repite cada cuatro años, y esta historia de Santa Marta tiene un excelente final, un final feliz, porque vamos hacer uno buenos juegos.