El miércoles, al caer la noche se suspendió la búsqueda de la avioneta en que viajaba el futbolista argentino Emiliano Sala y dos días después de su desaparición sobre el canal de la Mancha disminuyen drásticamente las esperanzas de hallarlo con vida.

En el segundo día de operaciones, los socorristas se concentraron “en una zona precisa donde”, según la policía, había “una mayor probabilidad de encontrar algo, en base al estudio de las mareas y la meteorología desde la desaparición del avión”.

Las autoridades de las islas del canal, de Reino Unido y de Francia movilizaron tres aviones, un helicóptero y un barco pero “no se hallaron rastros del avión desaparecido”, afirmó la policía.

El aparato en el que viajaban Sala, de 28 años, y su piloto -identificado por las autoridades como David Ibbotson-, un monomotor Piper PA-46 Malibu, desapareció de los radares a unos 20 km de Guernsey el lunes, durante un trayecto entre Nantes, en Francia, y Cardiff, en Gales.

“Dada la temperatura del agua y las condiciones meteorológicas, sus posibilidades de sobrevivir son escasas”, dijo el jefe de los guardacostas de Guernsey, David Barker.

En un mensaje de audio enviado por WhatsApp a unos amigos, según medios argentinos, el futbolista había expresado una cierta preocupación.

“Estoy acá arriba del avión que parece que se está por caer a pedazos y me estoy yendo para Cardiff”, decía supuestamente Sala, cuya voz sin embargo no sonaba alarmada.

Mehmet Dalman, presidente del Cardiff, aseguró que habían propuesto a su nuevo fichaje reservar un billete de avión en una aerolínea regular, pero Sala prefirió organizar su propio viaje.