La Plaza Cibeles, punto final de la Vuelta a España, se prepara para la fiesta colombiana que vivirá este domingo cuando la caravana de la carrera y los aficionados rindan pleitesía a los héroes que suban al podio.

Entre esos privilegiados en el lugar más preeminente de la fiesta con motivo del final de la carrera, las sonrisas más francas las lucirán Nairo Quintana, vencedor de esta Vuelta 2016, y Johan Esteban Chavés, tercero en el podio tras arrebatar tan destacada plaza nada más y nada menos que a Alberto Contador.

El primero en festejar el desempeño del ciclista nacido en Cómbita hace 26 años fue el presidente Juan Manuel Santos, quien madrugó el sábado para ver el último duelo de Quintana con Chris Froome en la etapa entre Benidorm y el Alto de Aitana.

El mandatario no solo conmemoró la victoria virtual de Quintana, sino el tercer puesto en la clasificación general de Esteban Chaves, quien selló su presencia en el podium con un ataque en el penúltimo puerto de montaña.

Chaves hizo una exhibición de fuerza y consiguió recortar la diferencia con Alberto Contador para quedar tercero en la clasificación.

“¡Que día histórico en La Vuelta!”, escribió Santos en su cuenta de Twitter .

El Alto de Aitana, donde los dos colombianos consumaron su gesta para la historia, no se olvidará fácilmente en el país de los ‘escarabajos’. Los de ahora herederos del gran Lucho Herrera, ganador de la Vuelta en 1987, y Fabio Parra, recordados estos días en su papel de pioneros del ciclismo colombiano en España y en Europa.

Pocos días como hoy habrá vivido el ciclismo y el deporte de Colombia, que estuvo a punto de rematar el éxtasis con la victoria de etapa de Darwin Atapuma. A menos de medio kilómetro para la meta parecía tenerla conseguida el del BMC, pero un tramo de llano fue aprovechado por el francés Pierre Latour para, en un último aliento, arrebatar el triunfo a quien fuera cuatro días líder de esta edición de la ronda española.

Fueron esas cuatro etapas del de Túquerres de rojo otro hito colombiano en esta Vuelta, la mejor de la historia del ciclismo cafetero. Como también lo fue la victoria del propio Nairo en los legendarios Lagos de Covadonga.

Sin duda, una gran vuelta para un país al que empiezan a lloverle no ataques -como dijo Quintana antes de la etapa de Mas de la Costa ante lo complicado del día y su más que sólido liderato- sino figuras.

Porque además de Quintana, de Chaves y de Atapuma, o de los también acreditados y consolidados Rigoberto Urán o Sergio Luis Henao, en esta Vuelta estaba llamado a presentarse al gran público Miguel Ángel López. Una ‘joya’ de 22 años que corre en el Astana y apunta a un nuevo Quintana o, cuando menos, a un nuevo Chaves. Pero una caída le impidió hacer la “gran actuación” que esperaba de él el propio líder del Movistar.

Casi ni necesitó a López Colombia ante las exhibiciones y el poderío de Quintana y Chaves, justos y merecidos primero y tercero por su actuación global en la Vuelta.

El de Bocayá apenas si cedió con Chris Froome, su ‘bestia negra’ y la del gran pelotón en el último cuatrienio, en el sprint en la pared final de Peña Cabarga y en la contrarreloj. Y se le impuso en los Lagos, en La Camperona y hoy en Aitana.

Y, sobre todo, le ganó por la mano, y la Vuelta, estando atento en el movimiento táctico de Contador en el arranque de la etapa con final en Formigal. Visto con perspectiva, la jornada decisiva de la carrera.

Chaves fue la punta de lanza de un espléndido y ofensivo Orica, un equipo que también tira de estrategia y tuvo a un líder valiente y decidido hasta el punto de retar al gran Contador en el Ausbisque y Aitana, los dos días claves en el podio del bogotano.

Grande Chaves, grande Quintana y grande el ciclismo de Colombia. Que mañana vivirá una fiesta como no recuerda en Cibeles, donde seguro que miles de compatriotas -unos centenares de ellos impenitentes seguidores con las llamativas banderas tricolores a cuestas desde Galicia a Madrid, durante toda la Vuelta- vivirán sensaciones que les quedarán para toda la vida. Quintana campeón y Chaves en el podio. Inolvidable.

Alto de Aitana | EFE