En el ciclismo es novato, pero su talento, disciplina y triunfos, le auguran un futuro prometedor al cucuteño Jhon Cocunubo Sierra. Su amor por este deporte lo descubrió hace apenas tres años cuando por insistencia de un amigo del colegio en el que estudiaba, comenzó a practicarlo.

Una carrera recreativa en Villa del Rosario fue su primera competencia, ganó un trofeo y 20 mil pesos; desde entonces, supo que esa era su pasión. Dejó el fútbol, deporte para que el que considera que no era tan bueno y, se dedicó a prepararse para convertirse en un buen ciclista. 

Sin embargo, no ha sido fácil, hace parte club Águilas del Norte, pero el ciclismo al igual que otros deportes en el departamento carece de apoyo constante y eso ha mermado su rendimiento, más no su dedicación.

Para conseguir su primera bicicleta tuvo que hacer once rifas y comprarla en Venezuela, donde salía mucho más económica, pero el tiempo le fue pasando factura y hoy ya no sirve de la misma manera, ahora no tiene con qué entrenar y ha tenido que recurrir a amigos que le presten una para entrenar y competir.

A pesar de eso, cada vez que tiene una bicicleta, recorre unos 120 kilómetros diarios como parte del entrenamiento que es dirigido por Orlando Solano.  En el tiempo restante trabaja como empacador en un supermercado y atiende sus tareas como estudiante universitario.

Recientemente se coronó campeón de la Clásica del Caribe en la categoría Sub-23 y esa bicicleta, con la que cruzó la meta, era prestada. Antonio Acuña, el dueño del supermercado en el que trabaja, se la dejó por dos meses y con ella triunfó, pero ya la tuvo que devolver, así que ahora vuelve a emprender su lucha para comprar una y  poder seguir creciendo deportivamente.

Es paciente, cree que pronto podrá tener una bicicleta que le compense el esfuerzo diario que hace y quizás por eso en su rostro siempre tiene una sonrisa de esperanza. 

Ha participado en una Vuelta del Porvenir, dos Vueltas de la Juventud, Clásicas del César y Clásicas del Caribe, siempre ocupando puestos destacados.

Quisiera tener una bicicleta más aerodinámica para poder rendir mucho más, la que tiene dañada es de aluminio y pesa 13 kilos, mientras que la que le prestan es de fibra de carbono y pesa  la mitad. 

Necesita reunir al menos 10 millones de pesos, así que su tarea ahora además de entrenar, es buscar la manera de conseguir esos recursos para seguir compitiendo por su club y por la Liga de Norte de Santander.

Su talento ha impresionado a quienes lo han visto y ya cuenta con la propuesta de ir a prepararse en la altura y probarse con otros clubes. No olvida sus raíces pero sabe que necesita seguir creciendo y salir es la mejor manera de hacerlo.

Agradece a todos los que siempre han creído en él. Sueña con llegar a Europa y que su nombre, al igual que el de los actuales colombianos en la élite de ciclismo mundial, sea un referente. Admira profundamente a Nairo Quinta y Egan Bernal, pero considera que sus características (escalador y pasista) se asemejan más al español Ernesto Valverde, es consciente de que necesita seguir entrenando y lo más importante volver a tener una bicicleta.