Danza, arte o deporte. Cómo se le podría llamar a la capoeira, una combinación de artes marciales que surgió en África y se asentó en Suramérica, especialmente en Brasil, donde millones de brasileños la practican y es patrimonio histórico de la humanidad.

Según los historiadores, la capoeira tiene su origen en Angola, al sur de África, su significado nace el término “Tupi” Kapu’era “es Clare”, lugar donde sembraban los cultivos y en el que los esclavos podían disfrutar de la danza sin ser molestados.

A finales del siglo XVI y XVII fue traída a América, pero solo hasta mediados de los 30, Brasil le dio vía libre y es la danza tradicional por excelencia.

A Colombia llegó en la década de los 90 y en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín es común ver practicantes de Capoeira.

En ese sentido, Cúcuta no es la excepción. Comenzando el año 2000-2001, un grupo de jóvenes solía hacerse frente al monumento de Arnulfo Briceño, a practicar y dar a conocer esta danza africana, pero con el tiempo se fue desapareciendo.

Ahora, y desde hace dos meses, la joven cucuteña  Angélica Cuevas Ríos ha querido, como el Ave Fénix, sacar de entre las cenizas y encender una llama para que niños, jóvenes y adultos, gordos, flacos, practiquen la capoeira como una especie de yoga para relajar el cuerpo. 

Una clase de capoeira es todo un rito con sus movimientos y el sonido de su música para llevar la cadencia en cada ejercicio.

“Hago parte del grupo Cordao Ouro de Colombia, la sede es en Bogotá y la idea de retomar esta danza era porque la practiqué allá durante un año y medio; desde que uno entra es una energía “asche” como le llamamos que es tan contagiosa, hermosa y bonita que uno queda conectado desde el primer momento”, explicó Cuevas.

La instructora dijo que fue tanto que le apasionó que decidió poner en camino el proyecto, para lo cual invitó a varios capoeiristas bogotanos para que le ayudaran a impulsar este arte.

“Me dije: el arte no se puede perder no se puede morir, aunque no sabía que hubo un grupo esto es lo que me ha apasionado, me ha hecho mejor persona, que ha entrenado tanto mi físico como mi espíritu y me propuse compartir esto con mis paisanos de Cúcuta, para que conozcan otro tipo de cultura, un estilo de vida saludable”.

No obstante, recordó que su gusto por este deporte nació de un viaje de vacaciones a Isla Margarita, Venezuela, en 2013.

Cuevas señaló que la primera experiencia como profesora inició en la urbanización San Fernando, en Los Patios, con niños de 3 a 10 años y después de un mes de enseñanzas alcanzó a contar con 30 jovencitos, pero por circunstancias tuvo que dejar el proyecto pues el tiempo no se lo permitía.

Ahora con cinco jóvenes ha retomado la bandera y los miércoles y domingos se reúnen  en el teatro Las Cascasdas, en El Malecón, para fomentar su práctica en la ciudad y formar una verdadera escuela a campo libre.

“Pensé, en la ciudad (Cúcuta) hace falta este tipo de arte, de complementos corporales y culturales e invité a más profesores de Bogotá para promocionarlo, y la gente se motive a practicarlo sin ningún temor”, manifestó la cucuteña.

Los complementos

Pero la capoeira no es solo girar y contorsionarse saltar; para danzar se necesita de un complemento que es la música y en este legendario baile congoleño se necesitan los instrumentos básicos para seguir la concordancia, cadencia y ritmo de los movimientos.

Dichos instrumentos son: “El birimbao, es el principal, el que lleva todo el sonido, construido con una vara de guadua, tiene un calabazo un alambre que se denomina arame, está la baqueta que suena como una batería y cuanta además con caschichi un instrumento de percusión menor.

El atabaque y el pandeiro, son otros elementos que se utilizan para la danza, explicó Angélica.

Filosofía de la danza

Ya con la música, cada ejercicio de capoeira tiene un significado especial dice Angélica, que a pesar de tener similitud con las artes marciales se trata crear un juego sin que haya contacto con el cuerpo.

“La capoeira se define como luta, briga y podemos verla como un poco artística, pero es lucha. El objetivo de la este deporte es hacer un jogo (juego) cooperativo. Es decir yo hago una pregunta (de movimiento corporal) y mi compañero responde, entonces es un juego cooperativo, no es pegarle al rival sino esquivar el movimiento que le voy a hacer”, apuntó, la instructora.

Enrique Murcia entrenador bogotano desde hace más de 13 años indicó que “es un arte marcial completo, que combina música, acrobacia, gimnasia, pedagogía, lúdica es una forma divertida de aplicar algo serio como es un arte marcial.”.