La moderna sede de la Secretaría de Cultura de Cúcuta será demolida para dar paso a un deprimido que conectará a la avenida Grancolombia con el centro de la ciudad, descongestionando la Diagonal Santander, especialmente en horas pico.

La noticia fue dada a conocer por el titular de ese despacho, José del Carmen Ortiz. “El 13 de diciembre de 2016, se cayó un techo del Museo La Memoria y por tiempos no se pudo gestionar el arreglo. Este año, pasamos el proyecto y nos notificaron que no era viable por tanto la sede debía ser desocupada”.

De acuerdo con Ortiz, el proyecto de recuperación incluía no solo el techo, sino reforzamiento de placas y pintura y tenía un costo de $42 millones.

“Las obras del deprimido mejorarán la movilidad del sector y por ello, en febrero debe tenerse una nueva sede temporal, que se tomará en arriendo. El proyecto que tiene la Alcaldía es que el despacho funcione desde mediados de 2018, en el edificio que se construirá en el parque Cúcuta 300 Años y allí también se habilitaría el Museo La Memoria”, dijo Ortiz.

De acuerdo con el secretario Ortiz, las metas culturales que tienen para este año y las actividades para dar cumplimiento al Plan Decenal de Cultura, deben continuar.

Así mismo, informó que las exposiciones que se acostumbraban a hacer en el Museo La Memoria, se trasladarán a otra sala en la ciudad, por tanto el trabajo no puede parar y el cambio de sede no puede afectar el cronograma.

Por ahora, no se tiene claro que va a pasar con las figuras en cerámica que elaboró el artista cucuteño César Herrera Rugeles y son consideradas parte del patrimonio de la ciudad.

Entre el gremio de artistas de la ciudad la sensación es de que el progreso en infraestructura para la ciudad no afecte el calendario cultural y se avance oportunamente para habilitar una nueva sede, tan cómoda y amplia como la actual.

Como se recordará, durante la administración de Donamaris Ramírez y siendo secretaria de Cultura, María Eugenia Navarro, se invirtieron $234 millones en la recuperación del inmueble.

Dichas obras incluyeron la separación del área administrativa de la galería de arte, lo cual facilitó contar con un espacio de exposición permanente en el Museo La Memoria.

El año pasado, fue una de las salas más dinámicas en la ciudad y se logró empoderar a los artistas con el espacio.