La historia de vida de Jesús David Sánchez, de 28 años y quien vive en Los Patios, es inspiradora. Él, ha sabido sobreponerse a las barreras que le ha puesto la vida y con tesón ha consolidado una carrera como pintor, músico y docente.

Sánchez nació en el Hospital Universitario Erasmo Meoz. Desde ese instante, el destino le asignó uno de los retos más difíciles, afrontar el resto de sus días con focomelia, una malformación que consiste en la ausencia de las extremidades superiores.

El pequeño inició su infancia con las dificultades propias de su condición, como tomar las cosas con los pies y soportar miradas constantes. 

Yansen Estupiñán, de Atalaya, a gerente en Bogotá

“A pesar de mi condición, aprendí a desarrollar nuevas habilidades para mejorar mi estilo de vida, siempre me desempeñé por hacer las cosas con pasión y por pensar en grande”, destacó.

Como cualquier joven, invertía gran parte de su tiempo libre con sus amigos, le gustaba jugar con el trompo, las canicas y practicar fútbol, deporte que disfrutaba y que algunas veces lo transportaba a un mundo completamente distinto.

A nivel educativo, cursó sus estudios de primaria en la escuela Videlso y bachillerato en la Institución Educativa 11 de Noviembre en el municipio de Los Patios. 

Acostumbrado a la rutina educativa, logró ganarse la confianza de sus compañeros, aspectos que lo impulsaron a tomar la vocería como líder estudiantil hasta el 2009, culminando su grado once como personero de la institución. 

Vida artística

 Luis Alfredo Estévez/ La Opinión 

“De cierta forma, gran parte de mi tiempo lo invertía en la calle, por esta razón, mi familia me inscribió en diferentes cursos con el fin de  encontrar un nuevo pasatiempo que me ayudara a aprender cosas nuevas”, explicó.

Su recorrido fue largo. Durante varios meses tocó puertas en diferentes deportes como la natación y las artes marciales, pero ninguno le hacía sentir la pasión que buscaba en su vida.

Sin embargo, todo cambió a sus 12 años, cuando optó por incursionar en el mundo del arte en la escuela de Alfonso Cerón, fallecido pintor santandereano que residió en Cúcuta, y que fue su maestro durante muchos años.

Aunque al principio Sánchez sentía que la pintura no era su fuerte, su maestro le hacía confiar en sus ‘’mamarrachos’’ como él los llamaba y le recordaba que, con paciencia y disciplina, lograría convertirse en un gran artista.

Estudios superiores

A medida que fue desarrollando diferentes técnicas con sus pies para crear las hermosas pinturas que reflejaban sus pensamientos más profundos, Sánchez decidió seguir formándose para lograr sus nuevos sueños.

A nivel profesional, la Universidad de Pamplona fue la encargada de adoptarlo en la carrera de pregrado en Licenciatura de Educación Artística. Se graduó en el 2015 y desde entonces, fue puliendo sus conocimientos en la pintura, la escultura e incluso en la música, donde aprendió a tocar el piano, otra de sus pasiones.

“Considero que uno debe ser muy integral y en la universidad como tal existía esa integración, para ser docente se necesita tener disposición a las cosas nuevas y debido a esto, empecé a encontrar nuevos talentos que no conocía, lo que me ayudo a seguir confiando en mis capacidades”, añadió Jesús David.

Fue docente en San Cayetano, Santiago y El Zulia en 2016 y 2017. También trabajó como gestor cultural de la Secretaría de Cultura de Cúcuta en 2018,  mismo año que terminó su maestría en Pedagogía en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) de Venezuela.

Aunque actualmente Sánchez trabaja como gestor educativo en el desarrollo del plan de alternancia para los colegios de Norte de Santander, describe su paso por la docencia como el espacio perfecto para aprender y enseñar.

“Es fundamental gestar un encuentro personal con los estudiantes, en medio de las clases hacíamos ejercicios muy interesantes como realizar dibujos con sus otras extremidades, sin usar las manos  y eso les permitía valorar un poco más todos los beneficios de ser unas personas completas, eso generó una sensibilización y una construcción del tejido social”,  detalló.

 Este cucuteño ha consolidado una carrera como pintor, músico y docente. / Luis Alfredo Estévez/ La Opinión 

Con mirada al futuro

Como resultado de su constancia, este cucuteño es uno de los colombianos que integran la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, grupo presente en más de 72 países. 

Con su talento, ha demostrado que, en sus trazos, como en la vida, las limitaciones no vienen marcadas por un físico, porque con una buena técnica y con la idea clara, el arte está garantizado, mismo arte que con la ayuda de la asociación, ha viajado a países como Suiza, Finlandia, Buenos Aires y Santiago de Chile.

“Formamos un buen equipo, yo me encargo de crear y ellos de vender, me siento orgulloso que obras de mi autoría tengan un espacio en grandes museos de arte a nivel mundial, es como soñar despierto”, expresó.

La vida cambia detrás de una nariz roja: ‘Gafhuchis’

Entre sus proyectos a corto plazo, resalta el continente europeo, específicamente en Madrid, ciudad donde desea posicionar su nombre y probar suerte con alguna de sus facetas, ya sea como artista, músico o conferencista.

“La idea era viajar este 2020, el coronavirus hizo que los planes se postergaran un poco, pero estoy muy tranquilo, siempre confío en las decisiones de Dios, quizás de niño no lo entendía muy bien, pero ahora tengo más claridad”.

Una de las últimas presentaciones más destacadas de Sánchez ocurrió en Chinácota, en el Encuentro Internacional de Muralismo y Arte Público,  espacio donde logró presentar su primera exposición de arte a nivel individual, en la Casa de la Cultura Manuel Briceño Jáuregui.

“Una vida sin límites”

Un mensaje de esperanza, así describe Jesús Sánchez su libro, el cual enseña que las limitaciones sólo están en la mente y que la palabra ‘’no puedo’’ es una excusa más.

“Siempre que visito algún lugar, escuchó las mismas preguntas por parte de las personas que me ven por primera vez, ¿cómo me baño?, ¿cómo puedo comer?, ¿se le dificultará alguna cosa?, pero en realidad mi vida es muy completa:  tengo dos hermosos hijos de 3 y 4 años, tengo licencia de conducción y manejo un carro adaptado,  estoy cursando un doctorado en Teología en la Universidad Internacional Cristiana Logos y lo más importante, soy muy feliz en cada cosa que hago”, resaltó.  

Con ayuda del bloc de notas del celular, logró escribir diferentes capítulos de su vida y todas las dificultades que ha tenido que enfrentar, incluso la etapa de bullying que sufrió cuando era muy pequeño.

El texto se encuentra disponible de forma digital por medio de la plataforma Amazon o aquellas personas que lo adquieran de forma física, recibirán el escrito con una dedicatoria y un agradecimiento de su autor.  

“Es muy bonito saber que Cúcuta es una ciudad que está al servicio de las personas y me da alegría ver que existe ese sentimiento de sensibilización y ayuda”, dijo Sánchez.

 Su libro: Una vida sin límites. Luis Alfredo Estévez/ La Opinión