La escritura es un bello arte que de niños cultivaron Jesús Daniel, Jonathan Alejandro y Ángela María. Ellos encontraron en Ocaña, Ragonvalia y Convención, historias que tocaron su esencia y los llevaron a investigar para construir relatos con alto criterio periodístico y literario, con los que ganaron en el I Concurso Departamental de Crónica.

La iniciativa de la Gobernación de Norte de Santander, la editorial Planeta y el diario La Opinión, premió no solo su talento sino el interés por generar arraigo cultural en temas como frontera, Catatumbo y paz.

Los jóvenes lograron superar los filtros y entre 278 participantes se quedaron con el primer lugar en las categorías colegios, universitarios y abierta. Además, sus escritos junto con 12 más que se destacaron, harán parte de un libro que será editado por Planeta.

Hoy, les contamos quienes son los tres ganadores, jóvenes unidos por el talento para la escritura, pero también, por el sentido humano y la vocación a generar cambios desde el análisis de la realidad regional.

Jesús Daniel Ovallos Clavijo, ganador en categoría universitaria

Crónica: ‘Elección en zona roja’.

Es natural de Ocaña y tiene 27 años. Ojeando la cartilla Nacho y las revistas de Condorito que llevaba a casa su papá, despertó el interés por las letras. Al crecer la lectura se convirtió en hábito, motivado por sus padres, Carmen Alicia Clavijo y Jesús Emiro Ovallos. Él le leía por las noches textos de fantasía como ‘La isla misteriosa’ de Julio Verne.

Así, se inició en el camino de la lectura y cuando la práctica se hizo frecuente, buscó textos por su cuenta. Un libro que lo marcó fue ‘El lobo estepario’, de Hermann Hesse. Lo leyó a los 19 años y a esa edad se interesó por textos donde primara la condición humana.

Así, el niño que creció recorriendo los barrios de Ocaña y se hizo consciente del valor histórico de su municipio; se convirtió en amante del bello arte de unir letras para transmitir pensamientos.

Jesús Daniel está terminando la carrera de Comunicación Social en la Universidad Francisco de Paula Santander con sede en Ocaña y actualmente hace las prácticas profesionales en la Editorial Exidio de Bogotá, especializada en poesía.

Su primer cuento fue ‘Travesías’, escrito a los 22 años y con el texto surrealista ganó el concurso de literatura que se cumple en la Semana de la Fraternidad de Ocaña.

Ahora, con más experiencia y un estilo definido en la escritura, se convirtió en el ganador del Concurso de Crónica en la categoría universitarios.

La historia de ‘Elección en zona roja’ la conoció cuando trabajaba enseñando inglés en el colegio Don Bosco de Ocaña. “Me asignaron como jurado de votación en Cerro Las Flores y eso no aparecía ni en Google Maps”.

Así, conoció el corregimiento ocañero, donde pese al mal estado de la vía de acceso y al abandono estatal, la comunidad es unida y cuidan el parque y la iglesia. El líder de la zona, Bruno Vásquez, le contó las historias de masacres en la zona y de como él había sido sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica.

Todo lo vivido en el corregimiento ocañero fue llevado por Jesús Daniel a la crónica. Para él, el premio es un reconocimiento a la disciplina.

Jonathan Alejandro Sarmiento Castilla, ganador en categoría abierta

Crónica: ‘La última estocada de don Chori’.

Es cucuteño, 28 años. Las raíces familiares están en Ocaña y Convención, municipios donde nacieron sus padres: Deyanira Castilla y Fredy Sarmiento.

De ellos adquirió valores como la honestidad, el respeto, la confianza en sí mismo y la necesidad de pensar siempre en aportarle a la comunidad. Al hablar de su niñez se pinta en su rostro una sonrisa y recuerda travesuras como cuando jugaba a trepar y terminaba partiendo las porcelanas de la casa. 

Su afinidad con la lectura y la escritura brotó de niño, cuando su profesora de español lo motivaba a que escribiera relatos de sus vivencias y de la cotidianidad. Luego, en el bachillerato que cursó en el colegio Municipal, le inculcaron la importancia de la lectura crítica.

Por su profesión, comunicador social egresado de la Universidad Francisco de Paula Santander y especialista el periodismo digital de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, prefiere leer textos de no ficción, especialmente crónicas de autores como Alberto Salcedo Ramos y de la argentina Leila Guerriero.

La crónica con la que participó en el concurso: ‘La última estocada de don Chori’, está influenciada por autores como Gabriel García Márquez y Tomás Eloy Martínez.

En esencia, el escrito con el que logró el primer lugar está cargado de calor humano, tensión y una buena dosis de humor. Jonathan hizo un recorrido histórico partiendo de 30 años atrás, dando a conocer la fascinante historia de Nemesio Acevedo, un torero cómico del municipio de Ragonvalia conocido como ‘Don Chori’, quien fue asesinado.

“Conocía la historia y le propuse a los familiares contarla para el concurso y poco a poco fuimos reconstruyéndola. Para las víctimas hablar es una forma de sanar”.

‘Don Chori’ fue un hombre de calidades humanas y muy conocido en la región. Él, como torero cómico regalaba sonrisas, pero también fue transportador en la ruta Ragonvalia-Delicias.

En una época quiso incursionar en la política y recibió amenazas de muerte, las mismas que surtieron efecto y fue asesinado.

Para Jonathan contar el relato fue una experiencia de vida y representa motivación para seguir escalando en el mundo literario. 

Ángela María Nieto Contreras, ganadora en categoría colegios

Crónica: ‘Catatumbo, una historia de todo Colombia’.

A sus 17 años, en representación del colegio Cardenal Sancha de Cúcuta y con una historia esperanzadora sobre el Catatumbo nortesantandereano, conquistó al jurado del premio.

El amor por su tierra y el arraigo cultural con Convención, el municipio de donde es oriunda su familia, le permitió a Ángela construir una crónica diferente sobre esta región colombiana, históricamente golpeada por la guerra.

El valor por la narración lo aprendió de niña, cuando sus abuelos y tíos le contaban historias. Tanta era la emoción que ella sentía que viajaba en el tiempo.

Sus padres, Jazmín Contreras Prado y Víctor Hugo Nieto Peñaranda, le inculcaron la alegría para con los semejantes y el amor por la lectura. Además, de compartir el conocimiento.

Ángela prefiere los textos de crítica social y los juveniles de romance y suspenso. Sin embargo, afirma que puede leer desde autores como Blue Jeans hasta Gabriel García Márquez.

El tema que escogió para su crónica: ‘Catatumbo, una historia de todo Colombia’, tiene que ver con las vivencias de sus parientes en Convención y especialmente con su niñera, Ludy Galvis Guerrero, a quien le asesinaron el padre.

“No quise contar una historia de violencia, sino una de superación y de sacar de los estereotipos a las personas del Catatumbo, vistos como guerrilleros cuando en realidad son humildes campesinos”.

Para fortalecer el relato, Ángela se documentó sobre la historia de la región y observó varios documentales. Además, participó en los talleres que ofreció el concurso para fortalecer las destrezas a la escritura de crónicas.

“Los talleres me dieron las bases para saber que hay detrás de una crónica y cómo abordar los procesos investigativo y de escritura”.

Al sentarse a escribir, confesó que tuvo que borrar y escribir varias veces hasta que logró pulir la crónica. Para ella, el reconocimiento es un impulso y de cara al futuro espera combinar la escritura con su carrera de derecho, que inició en la Universidad Libre de Cúcuta.