La trayectoria de más de 40 años del músico Carlos Conde, le permitió ser escogido por el Museo Casa del General Santander, en Villa del Rosario, para dar mañana un concierto de tiple.

La velada de música colombiana está programada para las 7 de la noche, con entrada gratis. La directora del Museo, Susana Quintero, se reunió con Conde en Pamplona. 

“Maestro de maestros, a través de los años ha enseñado música a varias generaciones”, dijo Quintero. “Su capacidad interpretativa es única”.

De acuerdo con Quintero el Museo está en renovación y se quiere promover la cultura nortesantandereana.

Para el concierto se quería un artista de tiple, instrumento autóctono que por medio de la Ley 997 del 29 de noviembre de 2005 fue declarado patrimonio cultural y artístico de la Nación.

Para el concierto, Conde estará acompañado por los hermanos González y el maestro Jaime Meneses.

Quintero manifestó que el concierto cuenta con el apoyo de la Alcaldía de Villa del Rosario y el Instituto de Cultura de Pamplona.

Trayectoria

El músico Conde nació el 3 de noviembre de 1942, en zona rural de Silos. La mamá (Filomena Conde) no alcanzó a llegar al centro de salud y tuvo que resguardarse en una cueva a orillas del río Cáraba para tener al bebé.

Parte de la infancia, con sus cuatro hermanos, la vivió en la vereda Belén y en una finca en el sector Tamaná, páramo de Berlín.

A los 18 años se alistó en el Ejército. Luego, entró a la Policía, en la Escuela de Carabineros de Suba.

Al terminar el curso, lo trasladaron a Ibagué, en donde ingresó al Conservatorio del Tolima y aprendió música durante cinco años. 

Allí conoció a Garzón y Collazos, los Hermanos Monroy y todos los intérpretes de la música andina colombiana.

En esa época tuvo la oportunidad de tocarle personalmente al expresidente de Colombia Belisario Betancur.

En la Policía duró 18 años, salió pensionado y fue contratado por el ministerio de Cultura para que trabajara enseñando música en la Escuela Ramón González Valencia (Pamplona).

Este arte le empezó a gustar desde niño, cuando veía tocar en las noches a los tíos, en la vereda Belén de Silos.