Leerles a sus amigos del colegio, a sus parientes y a quienes visitan la Biblioteca Pública de La Playa de Belén es uno de los planes favoritos de Jairo Andrés Pundor Claro, quien desde hace tres años pertenece al Club de Lectura Juvenil de su municipio.

“La lectura significa libertad”, dijo Pundor. “Esa sensación de ser escuchado por alguien y ver los rostros de alegría de las personas cuando oyen historias, es algo que me despierta sentimientos y me motiva a seguir en el camino de la cultura”.

El joven fue uno de los 85 menores de 15 municipios del departamento que en el marco de la presentación de resultados del programa Expedición Sensorial Catatumbo, participó en el IV Encuentro Departamental de Clubes de Lectura Infantil y Juvenil.

“Estos encuentros nos permiten conocer personas, experiencias de otros municipios, intercambiar proyectos y unir esfuerzos para promover la lectura y la escritura en nuestras comunidades y en la zona rural”, dijo Pundor.

Una estrategia que se ha ejecutado con positivos resultados en el departamento han sido las jornadas de lectura en voz alta y en espacios no convencionales como parques o sitios turísticos.

En el caso de La Playa, muchachos como Pundor apetecen leer en espacios naturales como el bosque de pinos y en cercanías del Área Natural Única Los Estoraques.

“A los jóvenes se les incentiva para que encuentren tesoros, que son las historias que permanecen en los libros esperando a ser avivadas”, , dijo María Isabel Sánchez Yaruro, bibliotecaria del municipio de Ábrego. “Interesante ha sido que los chicos salen a los parques y en la interacción a cielo abierto, los transeúntes se han quedado en las charlas, motivándose a otros para que adquieran el hábito lector”.

Ella, en su municipio, viene liderando las jornadas de lectura en voz alta desde hace un año y ha logrado la vinculación de más de 30 personas, sin importar si son niños o adultos mayores.

Cuarto encuentro

De acuerdo con Marlene Navas, coordinadora de la Red Departamental de Bibliotecas, el encuentro llegó a su cuarta versión y con las actividades se buscó exaltar el trabajo que hacen los bibliotecarios, quienes son los motores de los clubes de lectura.

Ellos, han logrado que los jóvenes se empoderen de sus territorios por medio de la lectura y de ejercicios que les han permitido reconocer su cultura y la importancia de las tradiciones que han heredado de sus antepasados.

“Los jóvenes que son formados actúan como voluntarios y ayudan a los bibliotecarios en las actividades de lectura, con el atractivo de que se les ofrecen talleres de capacitación para que se nutran de nuevos conocimientos”.

Como parte de las actividades cumplidas ayer en Cúcuta, en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, los jóvenes accedieron a talleres de liderazgo y de manualidades, con expertos locales y del Ministerio de Cultura.

El compromiso que tienen ahora los jóvenes es multiplicar el conocimiento, pues los clubes de lectura actuan como redes colaborativas en las que la premisa es el trabajo en equipo.