El colorido de su fachada seduce al espectador y es el abrebocas a un mundo donde se fusiona el arte con la arquitectura tradicional de las casas cucuteñas. El resultado, un ambiente propicio para la creación artística y la integración de los cucuteños en torno a la cultura.

La transformación que ha tenido el Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta es de 180 grados. Los cambios en su planta física y el fortalecimiento de actividades pedagógicas buscando dar un giro a la visión cultural de la ciudad, lo proyectan como el epicentro de las manifestaciones artísticas.

Ser un museo de puertas abiertas y mantener una oferta permanente en exposiciones y talleres, es la nueva consigna del espacio cultural. Bajo esa premisa trabaja desde hace varias semanas la venezolana Susana Quintero, curadora del museo y quien fue encomendada por la junta directiva para poner en sintonía al recinto con el movimiento cultural colombiano.

Varias líneas de acción están en marcha para que esa meta sea realidad en el mediano plazo y una de ellas es el establecimiento de intercambios culturales con instituciones del país.

Un primer ejercicio fue la exposición ‘Proyectos coincidentes’, que reunió obras del cucuteño Gabriel Castillo y de la venezolana Diana Villamizar, que estuvo en febrero en la Cámara de Comercio de Medellín.

“Cuando los artistas y los proyectos de la región se dan a conocer, se establecen alianzas que facilitan el intercambio y permiten traer a Cúcuta proyectos nacionales e internacionales”.

Otra de esas iniciativas es la exposición ‘Entre ciudad’, en la que participarán 10 artistas bumangueses e igual número de Cúcuta. La apertura se hará en agosto en la Ciudad Bonita y en noviembre vendrá al Museo.

Investigación y creación

El Museo cuenta con 340 piezas de colección y la segunda gran apuesta que se tiene es la investigación de esos objetos para reconstruir parte de la historia regional.

La colección está compuesta por documentos como cartas, periódicos, el acta de fundación del ferrocarril y escritos comerciales, en su mayoría del Siglo XIX.

También hay objetos utilitarios como muebles, ropa, instrumentos musicales y objetos decorativos como platos y vajillas, todos del periodo comprendido entre el Siglo XIV y el XX.

Una pequeña colección de cuadros, pinturas, esculturas y grabados, junto a piezas arqueológicas de la época prehispánica, también hacen parte de las piezas.

La riqueza informativa y el valor histórico de la colección, servirán para hacer dos exposiciones didácticas para que niños y jóvenes conozcan su historia.

Los objetos se utilizarán para la interacción con los cucuteños.

Talleres, mediación y fotografía

La fotografía es uno de los medios artísticos que facilita la reconstrucción de los hechos que forjan la cultura de un pueblo.

Bajo ese concepto se está trabajando una exposición con las mejores imágenes captadas por los reporteros gráficos de La Opinión en los últimos cuatro años.

Tanto ésta como las demás exposiciones tendrán un mediador en sala que será el encargado de interactuar con los espectadores.

En el ámbito pedagógico se están diseñando talleres para niños y jóvenes para acercarlos al Museo. Además, se está programando una capacitación en grabado para finales de julio la cual será dictada por la artista Noemí Vega Manzano.

La oferta cultural del Museo se complementa con el programa Cine los Sábados, al que pueden acceder los cucuteños sin costo alguno a partir de las 7 de la noche.

Exitosa remodelación

En 2010, el departamento entregó en comodato la casa donde funciona el museo –calle 14 N° 1-03 barrio La Playa–, a la Fundación Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta. De esa forma se dio vía libre a un proyecto de remodelación.

En ese entonces la casa estaba en muy mal estado. Sin embargo, luego de elaborados los diseños, se inició la remodelación en 2011, de la antigua casa de los hermanos Carlos y Sofía Ferrero.

En ese año se invirtieron $60 millones que fueron aportados por el departamento y $70 millones adicionales que fueron donados en materiales por empresas de la región.

Las obras incluyeron el mejoramiento de la estructura de las paredes que estaban a punto de derrumbarse y el levantamiento de nuevas, con el respectivo pañete y cambio de obra negra a blanca.

En el techo se levantaron las tejas para poner manto y evitar la filtración del agua. En toda la casa se cambiaron los sistemas eléctrico, hidráulico y sanitario.

Además, se adecuó una sala para exposiciones que fue dotada con una iluminación acorde al concepto arquitectónico. El año pasado, gracias a la inversión de $50 millones, se logró la construcción de un segundo piso en la parte posterior de la casa, donde se habilitó una sala adicional para exposiciones.

Actualmente el Museo luce renovado, con pisos nuevos y una infraestructura acorde a las actividades culturales que allí se ejecutan.