Un encuentro casual en el centro de Bogotá entre un escritor y una testigo cercana de los hechos acaecidos el 9 de abril de 1948, cuando la capital del país prendió en llamas, es el punto de partida para que Miguel Torres narre en 487 páginas su novela: ‘La invención del pasado’.

Continuando con la línea de ‘La Siempre Viva’, Miguel Torres, dramaturgo y escritor capitalino se decide a contar la vida familiar de una casa ubicada en el centro de la ciudad, la misma que describe en detalle dejando que el lector camine, sin estar en ella, por sus pasillos y aprecie los patios y los jardines colmados de flores.

A la casa, a la que tras un par de reuniones esporádicas con su dueña llega el escritor atraído por conocer detalles de las narraciones que ella hace, el entusiasmo motivado por el diálogo impulsa a llevar a las letras las conversaciones.

Se trata de Ana Barbusse, quien perdió a su marido la noche del 9 de abril de 1948, cuando tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán la Capital del país se llenó de horror.

El dolor causado por la ausencia de su esposo es compensado por la vida que esa noche le permite a la mujer encontrar un niño a quien adopta como hijo.