El trabajo de la escritora y maestra en literatura hispanoamericana Beatriz Helena Robledo está enfocado a incentivar el desarrollo moral de niños y jóvenes por medio de la lectura.

Su labor también se extiende a las bibliotecas públicas, porque considera que en ellas se pueden abrir espacios de diálogo alrededor de los libros, a fin de que las nuevas generaciones crezcan más tolerantes, respetuosas y con un alto valor por los demás.

“Aunque las historias de los libros son diferentes, las situaciones y conflictos, así la estén viviendo animales, son tomadas de la vida humana. Lo que pasa en los textos pueden ser motivo de reflexión para los lectores”.

En Uruguay, Chile y otros países, ha impartido sus conocimientos sobre el respeto de los derechos de autor. Este jueves estuvo en el Banco de la República de Cúcuta dictando su taller titulado ‘Construcción de valores desde el libro infantil y juvenil’.

¿Los niños y jóvenes de hoy están haciendo el ejercicio de reflexionar sobre la lectura?

Estamos viviendo un tiempo tan acelerado que los momentos de parar un poquito y pensar son escasos. Ante ese panorama es difícil juzgar. Si lo miramos con los parámetros de una generación anterior se podría decir que no se lee. Sin embargo, pienso que se está leyendo de forma diferente. Estamos viviendo una transición en el manejo del tiempo, la simultaneidad, las comunicaciones y la inmediatez.

¿Existe el remedio?

Las bibliotecas públicas deben abrir espacios para leer, disfrutar y conversar. Sería grave que los seres humanos nos olvidáramos de eso y nos volviéramos máquinas. Hay que ahondar más la lectura en los colegios. Se debe luchar por el acceso a materiales de lectura y mejorar la capacidad que tengan las personas para utilizar la internet.

Los resultados de las pruebas Saber revelan que estamos graves en lectura, ¿está de acuerdo?

No quiero desconocer que hay problemas, pero tampoco quiero ser tan pesimista. Lo cierto es que hay partes de los ejercicios de lectura que no se están midiendo. Hay aspectos que no se están teniendo en cuenta para analizar la comprensión lectora.

¿Qué aspectos?

Las condiciones económicas, sociales, culturales y políticas que determinan cómo están leyendo las personas. La lectura no es solo un ejercicio académico y cognitivo. Ella atraviesa el ser humano y lo pone en todas sus relaciones culturales y sociales.

¿Por qué razón se aferra a creer que se pueden mejorar los niveles de lectura?

No voy a satanizar el televisor, pero las generaciones que crecieron con el son diferentes a las de ahora. La Internet nos devolvió la palabra, la lectura y la escritura. Está claro que es otra lectura y escritura, sin embargo, no me atrevo a decir que nos dañó con sus mensajes rápidos y las formas abreviadas de escribir. La encuesta de hábitos de lectura de 2005 reveló que han crecido los lectores en Internet y que los amantes de los libros son los que más usan este medio.

¿En el futuro los escritores emplearán expresiones más juveniles para atraer a sus públicos objetivos?

Tal vez sí, pero los escritores no escriben para atrapar lectores, lo hacen porque lo necesitan. Tienen un deseo interior de arte. No creo que esa sea la tendencia o lo que perdure. Puede que cambiemos los soportes empleados para presentar los libros (CD o enciclopedias virtuales), pero la literatura seguirá existiendo. Si se acaban los textos impresos quedan los libros electrónicos (ebook).

Teniendo en cuenta sus investigaciones, ¿los libros son muy apetecidos en Colombia?

Ojalá. Siguen siendo un bien escaso y costoso. Faltan políticas del gobierno para bajar los precios, que es un factor importante para su adquisición. Sin embargo, ya se está trabajando en eso, teniendo conocimiento de los programas que manejan algunos países para hacer grandes tirajes y disminuir costos.

¿Las próximas elecciones afectarán el accionar de los planes municipales de lectura?

Con los cambios en las administraciones municipales hay que hacer una labor muy fuerte para mantener el trabajo que se ha hecho. Tras las elecciones viene el cambio de bibliotecarios, se pierden las capacitaciones y hay que empezar de cero. La Ley de Bibliotecas obliga a que los bibliotecarios se vayan preparando y vamos a esperar que con el tiempo no se puedan cambiar por otras personas que llegan en paracaídas y no tiene el perfil ni el conocimiento.

Ha recorrido varios países tratando de enseñar el valor de respetar los derechos de autor, ¿ese tema les interesa a los niños?

Claro, antes se sorprenden al saber que violan sus derechos de autor en los propios colegios al no pedirles permiso para publicar sus cuentos o no ponerles sus nombres. Estas cosas que parecen tan sencillas ocurren en el día  a día. La idea no es formar escritores sino enseñar a respetar un derecho, tratando el tema de manera sencilla.

¿En qué proyectos la veremos próximamente?

Estoy asesorando el Plan Nacional de Lectura para bibliotecas y sigo con mis talleres e investigaciones. Además, estoy escribiendo una novela que todavía está muy cruda y la biografía de una mujer colombiana de principios de siglo XX.