Tres mil niños y jóvenes fueron beneficiados con las formaciones.
El Catatumbo se empoderó de su cultura
Soy bueno para cantar, tocar y no tanto para bailar, pero me muevo. Mi corregimiento, Villa María, en el municipio de La Esperanza, es bonito y pacífico. Cultivamos plátano, yuca y tomate. Nos divertimos haciendo música con potes y palos de escoba, mientras mi mamá nos regaña por dejarla sin con que barrer.
El testimonio dio paso a una sonrisa, la mirada juguetona cautivó a sus compañeros y a su profesor se le iluminaron los ojos, en señal de sentirse orgulloso de su pequeño artista.
Él, Sebastián Correa Bonilla, de 9 años y quien actualmente cursa cuarto grado, es uno de los 40 niños que se vincularon al proceso de formación musical en el corregimiento, como parte de las actividades del proyecto Expedición Sensorial Catatumbo.
La iniciativa del Ministerio de Cultura, con la operación en la región de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, llegó a 15 municipios y a 30 corregimientos con laboratorios de investigación, formación artística en música, danzas, teatro y artes plásticas, beneficiando a más de 3.000 personas.
Brayan Moreno, coordinador de Expedición Sensorial Catatumbo del Ministerio de Cultura, dijo que el solo hecho de poder ingresar al Catatumbo con programas culturales es un logro para el país.
El ingenio de los niños que viven en esta convulsa zona del oriente colombiano da para todo y prueba de ello es la experiencia de Sebastián Correa y sus amigos, que ante la carencia de instrumentos para las clases, se idearon tamboras con potes de pintura y para sacarle sonido cortaron palos de escoba.
“Con tapas de ollas viejas hicimos platillos y con tubos que rellenamos de piedritas conseguimos tener guaches. Siempre habíamos soñado con tener una banda y el profesor nos ayudó para hacer un desfile por el corregimiento”, dijo Correa.
El aprendizaje logrado por el grupo de niños es tal, que Correa afirmó que mejoraron en la escuela y en la casa, donde ahora no los regañan y los apoyan para que sigan sacándole sonidos a los improvisados instrumentos.
El formador de los niños, Jaider Manuel Moreno Rodríguez, destacó la participación de la comunidad al tiempo que reseñó que la integración en torno a la cultura fue el gran logro de Expedición Sensorial.
El alcance
Al Catatumbo llegó este año el proyecto que logró aportar a la paz, la reconciliación, la recuperación y el fortalecimiento de la identidad cultural en Montes de María, región colombiana históricamente golpeada por la guerra.
El arte como herramienta transformadora de la sociedad fue vital para que el Ministerio de Cultura logrará consolidar por más de tres años el proyecto en Montes de María.
Una delegación de esta región ubicada entre los departamentos de Sucre y de Bolívar, estuvo en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero donde este viernes se presentaron los resultados de la intervención.
La muestra artística incluyó música de gaita, bullerengue, son de negros y cantos de pajarito.
Una delegación de montes de María puso a bailar a los cucuteños con ritmos típicos. La muestra artística incluyó música de gaita, bullerengue, son de negros y cantos de pajarito.
La directora de Artes del Ministerio de Cultura, Guiomar Acevedo y el coordinador de Expedición Sensorial desde la cartera cultural Brayan Moreno, dieron a conocer que el próximo año se ejecutará una nueva fase, que incluye la entrega de instrumentos para los procesos formativos como el de Villa María y de vestuarios para los grupos de danzas.
“Se ha buscado que los formadores sean de los corregimientos para que el intercambio cultural y la apropiación sea más eficaz. Estamos contentos y queremos más, el solo hecho de entrar al Catatumbo es un logro inmenso”, dijo Acevedo.
Al tiempo, la coordinadora del proyecto desde la Biblioteca Pública, Viveana Osorio, dijo que el balance es sorprendente si se tiene en cuenta que las actividades han logrado transformar la vida de centenares de personas que pese al gusto por sus tradiciones, no habían tenido la oportunidad de revitalizarlas y darlas a conocer.
El presidente de la Asociación de Juntas Comunales de La Gabarra (Tibú), Oner Galván Flórez, a quien se le vio alegre viendo a los niños de su región hablando de lo bueno que tiene el Catatumbo, dijo que recientemente se han dado enfrentamientos, pero no van a desfallecer en el sueño de paz.
“Las familias esperamos oportunidades de vida. El Catatumbo, es Colombia”.
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